23 de marzo de 2019

Presencia de aguas vivas o medusas en la costa de Miramar.


Las altas temperaturas de los últimos días en Miramar eran la excusa perfecta para que los turistas puedan aprovechar de la playa y el mar. Pero hubo lugares que sufrieron la invasión de medusas o aguas vivas.
 
Al contacto con estas medusas se genera una “picadura” que es el realidad el depósito de una toxina que, no genera más que una molestia para las personas, excepto, algún caso puntual de alergia. Estas aguas vivas o medusas forman parte de un grupo de alrededor de 100 especies que habitan en el Mar Argentino.
 
Las aguas vivas que ocasionan problemas a las personas con mayor frecuencia pertenecen a la especie Olindias sambaquiensis. Miden cerca de 15 cm de diámetro y tienen tentáculos muy venenosos. “Producen un fuerte ardor y las heridas han llevado a la hospitalización en algunas personas, también se pueden hallar aguas vivas de la especie Lirope tetraphylla, conocidas como “tapioca” o “pica-pica”, que son difíciles de distinguir porque miden aproximadamente un centímetro. “No se ven pero causan una fuerte molestia, ardor y prurito”.

Las aguas vivas utilizan las toxinas para cazar presas y como medio de defensa. En líneas generales, si el sitio de picadura está cerca de la cabeza y el dorso, la absorción del veneno a la circulación central es más rápida. Y los niños son más susceptibles al daño por su menor peso y superficie corporal (lo cual, en proporción, aumenta la exposición al veneno inoculado).

La prevención es todos los casos es evitar el contacto, no raspar la zona afectada ni frotar con toallas ni arena, pues lo único que se consigue con esto en introducir más veneno en las víctimas
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Los expertos aconsejan concurrir a puestos de asistencia de guardavidas. En un informe reciente publicado en la revista Medicina de Buenos Aires sobre la picadura de medusas Olindias sambaquiensis, médicos del Hospital Británico y del Hospital Naval Buenos Aires recomendaron que se aplique en la herida suero fisiológico dado que previene la activación de los nematocistos (agujas microscópicas huecas que usan las aguas vivas para inyectar las toxinas). Asimismo, indican que el lavado con agua de mar debe considerarse como último recurso ya que puede contaminar la lesión con patógenos marinos. Sugieren también evitar el uso de agua potable y el rascado de la piel, ya que facilitan la descarga del veneno de los nematocistos en el organismo.
 
Rociar la región afectada con vinagre es otra opción. En el caso de la picadura de Olindias sambaquiensis, la aplicación inmediata del producto inhibe descargas “retardadas” de los nematocistos y evita así envenenamientos mayores.
 
Después de la inactivación, los médicos aconsejan remover cuidadosamente cualquier tentáculo y los nematocistos para luego aplicar anestésicos tópicos. El dolor también se tiende a aliviar mediante la utilización de compresas frías en el sitio de la picadura por 5-10 minutos, o, si no remite, con inyecciones intramusculares de antiinflamatorios no esteroideos (como diclofenac o ibuprofeno). Solamente en casos más graves puede ser necesaria la administración de corticoides, relajantes musculares o antibióticos.
 
 Mas info en http://www.museodemiramar.com.ar/