2 de junio de 2012

160 aniversario del Natalicio de Francisco Pascasio "Perito" Moreno.

Francisco Pascasio Moreno, nació el 31 de mayo de 1852 en la Capital Federal. Sus padres fueron Francisco Facundo Moreno y Juana Thwaites quienes lo bautizaron el 29 de octubre. Su hermana mayor recibió el nombre de Juana y sus tres hermanos menores fueron llamados Josué, Eduardo y Maruja. Su padre tuvo una enorme influencia sobre él al enseñarle las letras y su amor a la naturaleza, cosa que definiría el rumbo de su vida.



Su patriotismo nace en sus primeros años de vida. Estuvo muy enfermo durante la guerra del Paraguay y veía a su madre, que junto con parientes y amigas, hacían "hilas", y vendas para los heridos, oyendo además los comentarios sobre las familias enlutadas y los actos heroicos realizados por nuestras tropas. Todo esto, fue trabajando en su mente, alimentada después por los motivos de guerra, que leía con avidez y su mayor emoción, fue el ver pasar por la calle Florida, al son de marchas militares, los restos del sexto de línea, frente a los curiosos que los miraban con indiferencia. Fue tal el impacto que esto causó en él que toma la resolución de servir a su patria a la medida de sus fuerzas.


En 1863 ingresó al colegio San José de los Padres Bayoneses donde estuvo pupilo tres años. Durante el tiempo que estuvo internado no se destacó como alumno estudioso. Continuó sus estudios en el colegio Catedral del Norte. Entró allí debido a la amistad que su padre mantenía con Sarmiento. Como el colegio no enseñaba Ciencias Naturales, Francisco Facundo Moreno, su padre, lo llevaba al río y a Palermo a juntar elementos, los cuales serían los primeros objetos de su propio museo. Su padre les regala a los tres hermanos el mirador de su casa en agosto de 1866 para allí instalar el primer museo.


El 27 de Diciembre de 1867 muere la madre, Juana Thwaites, víctima de cólera, enfermedad que padecía hacía bastante tiempo y se había agudizado en los últimos dos meses.


En el año 1868 sus hermanos se desvinculan del museo familiar, quedando éste a su cargo. Los distintos objetos que allí se exhibían, algunos de gran importancia geológica, fueron repartidos equitativamente. En el mismo año fueron recibidas las primeras donaciones por parte de Mariquita Sánchez de Thomson.


Ya en 1870 la familia se muda a la quinta de parque Patricios. Allí pudieron gozar de mayores comodidades y Francisco Pascasio realizar sus estudios en mayor tranquilidad. En ese mismo año escucha hablar por primera vez de Luis Piedrabuena y se ve totalmente anonadado por la emblemática precisión y certeza de su labor en la materia.


Llegando a 1871 comienza la expansión de la amenaza de la fiebre amarilla. Se mudan a la estancia de León Gándara, esposo de Francisca, la hermana de Francisco Facundo Moreno. Ese mismo año Francisco Pascasio Moreno realiza las primeras exploraciones entre los lagos Chascomús y Vitel. Los peones le habían hablado sobre osamentos llamados "Luces Malas", lo que lo llevó a conjeturar que esas fosforescencias podrían indicar un yacimiento fosilífero. Allí dedican dos días a la clasificación de todos los huesos.


En 1872 ingresa a la compañía de seguros "La Estrella" (que había sido fundado por su padre) pero se da cuenta de que no era su verdadera vocación. Su padre lo entiende y lo apoya en su profundo y esencial discernimiento regalándole un edificio de 200 m2 para su propio museo (fundado a los veinte años de edad).


En 1874 se embarca en el "Bergatín Rosales" de la Armada a Santa Cruz con el objetivo de explorar las tierras donde se habían establecido los chilenos. El barco llega hasta la desembocadura del río Santa Cruz.


Junto con Carlos Bergatín y el guardiamarina Carlos María Moyano, se internan en Santa Cruz y Río Negro, donde encuentran una tribu aborigen que mantenía viejas costumbres de un tiempo remoto, con vestigios de una vida anterior a la llegada del hombre blanco. Moreno hizo acopio de una gran cantidad de objetos de habitantes primitivos.


En diciembre llega a su fin la expedición luego de 5 meses. Vuelven a Buenos Aires debido a una revolución que al llegar ya había sido sofocada.


Viaja a Entre Ríos para comparar la formación terciaria de las barrancas del Paraná con la de las Patagonia. Francisco Pascasio Moreno no sólo intenta explorar la Patagonia sino, también, integrarla al país que está ajeno a su existencia


Ya en el año 1875 luego de una arduo trabajo logra persuadir a la Sociedad Científica Argentina para que le dé el dinero necesario para su nueva expedición a la Patagonia. Su objetivo era cruzar los Andes por el Nahuel Huapi y llegar a Chile en un camino inverso al de Guillermo Cox. Buscaba un paso entre el Nahuel huapi y Valdivia para unir el Atlántico con el Pacífico.






Para hacerlo debía encontrar al Cacique Saihueque quien era el dueño del paso a Chile. En el recorrido bordeó el río Limay, pasó por las barrancas de Chacón Geyú, cruzó el Cumlelfen, en la Pampa rosada y la región Manzanageyú o País de las Manzanas. Al llegar a la Collón Curá y Neumuco, envió un mensaje al cacique quien lo invitó a su territorio. Francisco Pascasio Moreno es recibido por un coro de mujerers y se presenta frente a Sayhueque, quien demuestra ser muy sabio. El joven explorador no sólo traspuso una frontera geográfica sino también la de una cultura inexplorada. Moreno gozó de la hospitalidad de Sayhueque, quien se consideraba señor de la tierra y cacique principal de toda la Patagonia.


Se presenta al consejo de los viejos jefes para explicar los motivos por los que deseaba ir a Chile. Aduce que sólo de sea conocer lo que hay allí pero los caciques pensaban que Francisco Pascasio tenía la intención de ocupar su territorio. Tenían arraigada la idea de que todo cristiano engañaba y mataba a todos los que los ayudaban.


En un momento de la discusión, Yanyarique, el cacique de las nueve mujeres, lo acusó de mentiroso y lo desafió a que midieran sus fuerzas. Francisco Pascasio dejó de lado el temor y se enfrentó al cacique, quien no pudo arrancar del caballo al joven explorador.


Aunque realizó grandes esfuerzos le negaron pasar a Chile por el camino de la cordillera. No obstante, Moreno no desistió en su empeño de explorar el territorio. Era necesario, en sus palabras "Conocer esos territorios hasta sus últimos rincones y convencer con pruebas irrecusables a los incrédulos y a los apáticos, del gran factor que para nuestra grandeza sería la Patagonia apreciada en su justo valor". Es por ello que se hizo amigo del cacique Ñancochenque, quien lo invitó a sus toldos. Recorrió los bosques de Pehuen y descubrió la fitarroya patagonica.


Luego Moreno retornó a Caleufú a los toldos de Sayhueque para que este autorizara el paso al Nahuel Huapi. El 22 de enero de 1876 se convierte a los 23 años en el primer blanco que llega al Gran Lago desde el Atlántico. Aunque está conmovido por la belleza del paisaje, no olvida tomar posesión simbólica del lugar, haciendo reflejaran en las aguas del Nahuel Huapi los colores de nuestra bandera. Desea afirmar en ese territorio la soberanía de nuestro país.


Luego de unos días emprende su vuelta. Al llegar a Chichinal se entera que pronto habría un malón. Por ello el regreso se convierte en una desesperada carrera contra la muerte ante al inminencia de una invasión indígena, y llega a Buenos Aires tres días antes de que se produjera el malón que costó cientos de vida y centenares de miles de cabezas de ganado. No repuesto aún de esta experiencia Moreno viaja a Catamarca y Santiago del Estero.


"Mar interno, hijo del manto patrio que cubre la cordillera en la inmensa soledad, la Naturaleza que te hizo no te dio nombre; la voluntad humana te llamará desde hoy Lago Argentino."


En 1879 es nombrado jefe de la Comisión exploradora de los Territorios del Sur por el Gobierno Nacional presidido por Avellaneda. Entre otros mandatos, debía estudiar lugares posibles para la colonización, recorrer la costa entre los ríos Negro y deseado, localizar los yacimientos de nitrato y estudiar los aspectos geológicos del trayecto con vistas a la futura construcción de una línea férrea que uniera al Atlántico con el Pacífico a través de la Patagonia. Le otorgaron un barco "El vigilante" para realizar una expedición al Sur.


El 18 de febrero de 1874 comienza la conquista del Desierto. Sale la primere división desde azul al frente de julio Argentino Roca, ministro de guerra. Lo secunda el Coronel Villegas. Ellos junto con 6000 hombres se desplazan hasta las márgenes de los ríos Negro y Neuquén. Sus objetivos eran terminar con la dominación indígena y, a la vez, afirmar la soberanía sobre Chile. Francisco Pascasio Moreno al mismo tiempo se dirigía hacia el sur junto con una tripulación que no respetaba sus ideales.


Discutía con sus compañeros de viaje ya que éstos estaban entusiasmados con una guerra que èl consideraba injusta. Moreno, que había vivido con los indios, se sentía culpable por pertenecer, inevitablemente, al bando enemigo. Años más tarde, al recordar esa guerra, escribió: "Tengo la seguridad de que bien en esa ocasión pudo evitarse el sacrificio de miles de vida; por supuesto muchos más de indios que de cristianos...Durante esa lucha se realizaron matanzas inútiles de seres que, creyéndose dueños de la tierra, la defendían de la civilización invasora." Ahora estaba otra vez en tierra de indios. Navega el río Negro aguas arriba en un tramo de 450 kilómetros, hace relevar la costa del Golfo San Matías, levantar la carta del puerto de San Antonio y efectuar perforaciones en busca de agua potable.


Finalmente emprende viaje a caballo hacia la cordillera, siguiendo a la inversa el trayecto efectuado por Musters en 1870. Pasa por el Bajo del Gualicho y Valcheta, visita al cacique Sinchel, llega a Maquinchao, recorre el valle de Cholila, El Maitén, y la pampa donde hoy se halla Esquel, y por último llega a la toldería de sus amigos Inacayal y Foyel, en Tecka.


Luego de recorrer la región y sobrevivir a un intento de asesinato por envenenamiento, en el que no tiene tanta fortuna su acompañante Hernández, Moreno sigue viaje hacia el norte, al país de las Manzanas, y vuelve a recorrer el Nahuel Huapi donde bautiza el cerro López en honor a Vicente López y Planes, autor del Himno nacional, y el lago Gutiérrez en memoria de uno de los hombres que diera inspiración a su infancia: Juan María Gutiérrez.


Mientras Moreno está dedicado a su objetivo, que es hallar el paso de Vuriloche que comunica con Chile, es rodeado por los indios y llevado a la toldería de Sayhueque y sus capitanejos. Luego de tres días Moreno es condenado a muerte. Se le arrancará el corazón y se lo clavará en una caña para ahuyentar a los malos espíritus.


Pero el cumplimiento de la sentencia es demorado por Sayhueque, y Moreno y sus dos acompañantes logran alcanzar, en una oscura noche, el río Collon Curá, y en una balsa precaria que


"Si un indio mata a un blanco es un salvaje, y si un blanco mata un indio es civilización"


construyen con unas ramas de sauce se lanzan a las aguas. Navegando de noche y escondiéndose durante el día bajan por el Collon Curá y el río Limay hasta las proximidades del Neuquén. Fueron seis días terribles. Finalmente el séptimo día llegan a la confluencia del Limay con el Neuquén. En esa increíble huida Moreno, junto con su vida y la de sus compañeros, salvó su diario y la bandera argentina.


El 11 de mayo de 1880 llega Moreno, que todavía no había cumplido 28 años de edad, a la Estación Central de Buenos Aires, siendo bajado del tren en camilla, pues sus piernas están llagadas y se halla debilitado por la fiebre.


Con este viaje concluyó una etapa en la vida de Moreno. Finalizaron las exploraciones realizadas sobre la base casi exclusiva de su esfuerzo personal.


En 1881 la "Societé de Géographis de París", lo nombra miembro y socio corresponsal, y le otorga la medalla de oro. En la Argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores le encarga realizar un mapa de la Patagonia y un informe sobre los límites con Chile. El hombre que regresaba de Europa, que pudo iniciar una vida académica sin sobresaltos, se metía de lleno en un conflicto que demandaría no sólo inteligencia, sino enormes esfuerzos.


En 1882 proyecta el futuro museo, viaja por la cordillera y se lo nombra oficial de la Academia de Instrucción Pública y Bellas artes. Vuelve a la Argentina y se produce en 1882 la fundación de la ciudad de la Plata que determinó la cesión del Museo Público de Buenos Aires al Gobierno Nacional.


En 1883 la Academia de Francia le otorga las Palmas Académicas y lo designa Oficial de esa institución. Un año después, la Sociedad Arqueológica de Chile lo nombra miembro correspondiente. Moreno dona 2000 volúmenes de su biblioteca al Museo de La Plata.


En 1885 se casa con María Ana Varela. En 12 años de matrimonio tienen siete hijos. El año de su casamiento es también el de la inauguración del Museo de la Plata. Moreno, que tiene entonces 32 años, es designado director de la nueva institución.


Buscaba con las exhibiciones del museo ejemplificar, no sólo la evolución de la naturaleza de acuerdo a las últimas teorías científicas, sino también las posibilidades que las riquezas naturales ofrecen al espíritu práctico y emprendedor.


En los 20 años en que Moreno se desempeñó como director del Museo, entre 1885 y 1905,la institución alcanzó proyección nacional e internacional. Francisco Pascasio se rodeó de un conjunto de técnicos y especialistas sobresalientes, con quienes realizó exploraciones de diferentes regiones del país. La obra realizada quedó documentada en las publicaciones del Museo, que comenzaron a imprimirse a partir de 1890. Así entre 1893 y 1895 el personal del Museo, recorrió, en las palabras de Moreno, "desde las heladas regiones de la Puna... hasta el Dpto. de san Rafael en la provincia de Mendoza, estudiando la geografía, la mineralogía y la geología... en las altas cumbres y en los vastos llanos y relevando por primera vez la fisonomía exacta de la orografía andina, hasta entonces desconocida", siendo de lamentar que esos estudios no se hubieran realizado antes "para haber evitado no pocos trastornos en el trazado de las fronteras internacionales".


A partir de 1896 Moreno se desempeñó simultáneamente como perito argentino en las cuestiones limítrofes con Chile, cargo que había rechazado en 1888 por considerar que no tenía méritos suficientes como para actuar al mismo nivel que Diego Barros Arena, perito por Chile.


Desde ese momento, Moreno orientó las actividades del Museo hacia la defensa de los intereses argentinos.


Hasta entonces los problemas fronterizos de la Argentina no encontraban soluciones adecuadas. El último arbitraje frente a Brasil había sido francamente desfavorable. Terminado este conflicto, surgía el de Chile, que no sólo reclamaba parte de la Patagonia, sino también por la demarcación fronteriza de Catamarca y la Punta de Atacama. En lo único que parecían ponerse de acuerdo chilenos y argentinos era la reafirmación de la soberanía argentina sobre el Atlántico y de Chile sobre el Pacífico. "A partir de ese acuerdo podemos negociar", decía Moreno. Se trataba de trazar una línea divisoria en las altas cumbres, observando el curso de los ríos hacia el Atlántio y el Pacífico. Pero había que discutir sobre el terreno, no en especulaciones teóricas.


Las funciones de Perito Argentino en la cuestión limítrofe con Chile llevaron a Moreno, durante las postrimerías del siglo XIX, a efectuar numerosos viajes a Santiago de chile. En 1897 a lomo de mula, Moreno, su esposa y sus cuatro hijos acompañados por el Doctor Clemente Oneli, cruzan la cordillera de los Andes rumbo a Chile. El mismo año, muere en Chile su esposa, María Ana Varela, a los 29 años, víctima de la fiebre tifoidea. Es a ella a quien la Sociedad Chilena rinde con hidalguía sentido homenaje. Pero quedan en la mente de moreno las palabras pronunciadas por ella un mes antes de morir, cuando ya se encontraba gravemente enferma: "No abandones nuestra causa... sigue adelante y lucha hasta vencer. Con tu triunfo evitaremos la guerra."


Así entre 1897 y 1898 Moreno viaja repetidamente entre Argentina y Chile, sienta las base para el encuentro que los presidentes Roca y Errázuriz mantienen el 15 de febrero de 1899 en el Estrecho de Magallanes, y en pocos años reúne abundante información que significó el descubrimiento de numerosos lagos, varios ríos, canales, islas, cerros y cordones montañosos, que eran hasta ese entonces totalmente desconocidos.


La teoría de Moreno de que el límite con Chile debía ajustarse a la línea de las altas cumbres fue sustentada por un detallado estudio en el terreno a lo largo de toda la región limítrofe, estudio que no pudo ser igualado por los expertos chilenos.


Moreno recurrió a todos los medios imaginables para lograr su objetivo. Así contó con el testimonio de sus amigos los indios de Nahuel pan, y de los colonos galeses para retener la región de la Colonia 16 de octubre, y de un antiguo colaborador del Museo, Germán Koslowky, para que el valle de los Huemules, en las cabeceras del río Aisén quedase también en territorio argentino.


En 1898 recibe una nueva distinción. Es nombrado por la "Geological Society of London" como miembro honorario correspondiente, y la Academia Americana de Política y Ciencias Sociales de Filadelfia lo designa miembro extranjero.


En 1899 se trasladó a Londres, junto a sus hijos, como asesor geógrafo del representante argentino. Desde allí escribe al presidente Roca: "Necesitamos hacer conocer el país en todo sentido. No tenemos aún el puesto que nos corresponde como nación americana y es un deber nuestro tratar de conseguirlo. Una vez que nos conozcan, seremos mucho más apreciados."


El mismo año de su viaje a Londres la Sociedad Geográfica Comercial de París le otorga la medalla Creveaux.


En 1900 Moreno regresa a la Argentina. Sir Thomas Holdich, el arbitro inglés, viaja en el mismo barco que Moreno y sus hijos, excepto el mayor, Francisco, que con 15 años de edad decide quedarse en la capital británica estudiando pintura. Durante el viaje, Moreno conversó largamente con el arbitro inglés y trató de conocer su opinión acerca del conflicto. Muy diplomático, Mister Holdich eludió una respuesta. Sin embargo en una ocasión, mientras ambos miraban el mar, acodados en la borda, Sir Thomas dijo "que todo cuanto gane el pie argentino al oeste de la división continental se deberá enteramente a usted".


En 1901 acompaña al Comisionado del Tribunal Arbitral, coronel Sir Thomas Holdich, en el reconocimiento que se realiza desde el Lago Lácar hasta el seno de la Ultima Esperanza.


En abril de 1902 se dirigió a Esquel con el objetivo de convencer a los galeses de la zona que permanecieran fieles al país que les dio abrigo. Exactamente el 30 de abril de aquel año, Francisco Pascasio logró que los galeses de la zona se pronunciaran a favor de nuestro país, manifestándose conformes con estar "bajo la bandera argentina". La preocupación central de Moreno en aquel tiempo era poder terminar con éxito las gestiones para solucionar el conflicto limítrofe con Chile. Durante todo el mes de abril no hizo otra cosa que dedicarse a ese asunto. En mayo regresó a Londres junto al arbitro inglés.






En 1903 sufre una terrible pérdida. El 26 de enero muere su hijo Florencio de tan solo 9 años. Utilizó el trabajo como método de ocupación y en unos meses recuperó su entusiasmo."


Ese mismo año el Congreso Nacional premia la labor de Moreno como perito y los trabajos que durante muchos años ha prestado gratuitamente a la Nación, otorgándole tierras en el territorio del Neuquén o al sur del río Negro.


Moreno ubica esas tierras en el extremo oeste del lago Nahuel Huapi y las dona a su vez a la Nación con el fin de que sean conservadas como parque natural. De esta manera el 6 de noviembre de 1903 la Argentina se convirtió en el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Canadá, en poseer un Parque Nacional.


Pero no contento con ello Moreno escribe al ministro chileno Vergara pidiéndole que su gobierno haga una reserva similar en las tierras chilenas ubicadas al oeste del Nahuel Huapi. Esta actitud de Moreno pone de relieve uno de sus aspectos menos conocidos: sus atributos de educador, de civilizador, y su amor a la humanidad.


En 1906, luego de retirado del Museo de la Plata, Francisco Pascasio se instaló con sus hijos en la Quinta de Parque Patricios. Abrió las puertas de la quinta Moreno para que los chicos de la "quema" puedan comer de los frutales allí existentes. Y luego, viendo la desnutrición que los aqueja, a habilitar una gran cocina en la que se llegan a servir 200 comidas diarias. Después agrega una aula, y así nacen las las "escuelas Patrias" que finalmente pone bajo el amparo del Patronato de la infancia y propulsa desde su cargo de vicepresidente del Consejo Nacional de Educación.


En 1910 Moreno es propuesto como candidato y elegido diputado nacional, por sus convecinos de la parroquia o distrito de San Cristóbal. Como diputado nacional Moreno presidió la Comisión de Territorios nacionales, y en ese carácter recorrió el Chaco y Formosa. Propuso la creación del Servicio Científico Nacional y de los Parques y Jardines Nacionales y apoyó el establecimiento de ferrocarriles en la Patagonia.


Moreno renunció a su banca de representante del pueblo para aceptar su designación como vocal del Consejo Nacional de Educación, por considerar que éticamente no podía desempeñar ambos cargos simultáneamente, y por preferir "continuar dedicando el tiempo que me resta de vida a contribuir a hacer de los niños de hoy... ciudadanos que sirvan eficientemente... a la Nación Argentina, siendo innegable que la fuerza y la grandeza de su mañana dependen de la escuela de hoy."


Su acción en pro de la educación no solamente se limitó a las Escuelas Patrias. Creó además las guarderías infantiles en los barrios obreros, modificó los planes de estudios de las escuelas nocturnas para adultos dándoles una orientación vocacional y técnica, y creó, en fin, el escalafón para los maestros.


Su último viaje a la Patagonia lo realiza en 1912, siete años antes de su muerte, cuando acompaña a Teodoro Roosevelt, por pedido especial de éste, a la región de Nahuel Huapi.


Francisco Pascasio Moreno murió en la madrugada del 22 de noviembre de 1919. En el país su muerte pasa inadvertida. Pero en el exterior numerosos países e instituciones le rinden homenaje, pues Moreno es un verdadero exponente de las mejores virtudes de la raza, al margen de su condición de argentino.


En 1944 sus restos fueron traslados a Bariloche, cubiertos con la bandera argentina y los ponchos de Sayhueque, Catriel y Pincén, y depositados en la isla Centinela, convirtiendo el imponente escenario de sus mayores glorias en digno monumento a su grandeza. Nada le hubiera satisfecho más que descansar en las tierras por las que luchara sin desmayo en vida y sin esperar ningún beneficio personal.


Moreno fue un autodidacta, humanista, civilizador, explorador, geógrafo, antropólogo, etnógrafo, paleontólogo, historiador, sociólogo, diplomático, legislador, educador y escritor y poeta de la naturaleza, y por encima de todo un ser humano que luchó hasta el final de su vida por los ideales de su juventud.


Moreno ha sido considerado héroe civil de nuestro país. Esto es especialmente destacable en una Nación donde la mayor parte de los hombres ilustres de la historia han sido militares o han actuado como tales, y donde los civiles más nombrados han participado en mayor o menor medida de las luchas políticas de su tiempo, luchas que en muchos casos se han proyectado hasta la actualidad.


La vida de Francisco Pascasio Moreno fue una lucha continua. En las tolderías, en los parlamentos indios, en las expediciones por tierra y mar, en el cautiverio, Moreno mostró su coraje y su enorme comprensión por la condición humana. Fue él, el explorador, el pionero, el científico que se arriesgó a borrar los límites entre civilización y barbarie.


Fragmento del artículo publicado originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2008). Francisco Pascasio Moreno. Explorador. Científico y Pionero en la Patagonia. Año 6 numero 31: 20 - 25.

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