26 de septiembre de 2010

Punta Hermengo, una recorrida histórica con pasaje de ida y vuelta. Este museo forma parte de la identidad de Miramar. Publicado en: DIARIO LA NACION.

MIRAMAR.- Este lugar es sus playas, su tranquilidad aún en temporada, sus bicicletas, sus calles repletas de nenes correteando por ahí, sus señoras tomando su té en la peatonal, su "calma chicha" de nueve meses al año. Pero, entre tantas otras cosas, además es Las Brusquitas, los carritos, las caballadas, el bosque energético, la plaza principal que nunca se acaba y, al Sur, el Vivero Dunícola Florentino Ameghino. Y dentro de este enorme predio en el que conviven dunas y pinares, Miramar es el Museo Municipal Punta Hermengo.
Porque Miramar es su museo, y su museo es Miramar. Detrás de ese nombre curioso y simpático, -que hace referencia a una deformación de la palabra Hermenegildo con el que los jesuitas definieron por el 1750 a un accidente geográfico costero famoso entre los navegantes de la época- surge en medio del vivero, como sumergido entre la arena, el predio del museo.
Para llegar al lugar, en medio del hermoso paisaje que caracteriza al bosquecito, se puede caminar, andar en bicicleta, usar el auto o el colectivo que une esta ciudad con Mar del Sud. O el caballo, si uno optó por hacer una cabalgata por la zona.
Una vez ahí, como protegido del viento en medio de una olla natural, el Museo surge con dos edificaciones, una destinada al área de Ciencias Naturales y otra a Historia y Tradición.
La historia del museo se remonta a 1977, a partir del trabajo de una comisión que durante años bregó por la preservación del patrimonio local, y para buscar que no se perdiera la experiencia y los objetos de tantos otros.
A los tumbos, el Museo se fue haciendo hasta 1983, cuando, con más y más trabajo, empezó una paciente tarea de preservación que se extiende hasta hoy, con una "perla" en el medio, como el reconocimiento, en 1999, que la Cámara de Diputados provincial realizó sobre sus colecciones, que crecen permanentemente. Curiosidades
En ese sentido, en el sector de historia local se exhiben carros utilizados a fines del siglo XIX, junto con objetos varios que fueron haciendo al surgimiento, consolidación y presente de la región. En ese rumbo existen elementos del correo, artefactos lumínicos, actas oficiales, radios o la lámpara original con que contó el faro Punta Hermengo desde 1929, que funcionaba a gas de acetileno y que "trabajó" hasta 1985, cuando se la reemplazó por un equipo eléctrico.
En el lugar también está exhibida (aunque la colección es inmensamente mayor) buena parte del patrimonio fotográfico local, con imágenes de todas las épocas de situaciones o momentos, obviamente, ya idos, como las primeras viviendas, paisajes, medios de transporte o rostros de los pioneros.
Puertas afuera, sobre parte del parque del predio, está emplazada, entre otros carros, la "Chata de Garbiso", que se usó para hacer trabajos en el campo allá por 1868.
Muy cerquita del primer edificio está el área de Ciencias Naturales, en el que "conviven" animales embalsamados que poblaron la zona, utensilios de uso corriente de los indios Pampas y distintos fósiles.
Entre otros, hay restos del Megatherium , el mayor mamífero terrestre que anduvo por la provincia. O de Glyptodon reticulatus , Scelidotherium o Thylacosmilus , alias "puma dientes de sable".
También se pueden apreciar distintos restos óseos humanos, como el cráneo de un Tehuelche, y láminas explicativas de distintos períodos prehistóricos, que no hacen más que conformar un paseo integral. Una recorrida con pasaje de ida y vuelta por la historia.
Por Martín Glade Para LA NACION. Ver articulo version digital en:
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=804943.
Mas informacion en www.museodemiramar.com.ar