21 de octubre de 2010

El Diario La Nacion recuerda: En Miramar nadie olvida el feroz ataque de 1954

MIRAMAR.– No se sabe cómo, pero aquella frase que el guardavidas Luis Angel Fulco dijo en medio del rescate quedó como un sello en la memoria de Alfredo Aubone, un turista de 18 años que acababa de ser atacado por un enorme tiburón mientras nadaba en aguas de esta ciudad y que volvería a sufrir las dentelladas del escualo antes de ser puesto a salvo en la costa del entonces balneario Gallina.
Eran las 13.30 del 22 de enero de 1954, una calurosa jornada con las playas miramarenses colmadas de bañistas. Entonces no estaban las actuales escolleras de roca, con lo cual resaltaba más la calma que las aguas exhibían. Y Aubone, como tantos, aprovechó para flotar en la superficie, de cara al sol.
Ricardo Bastida, testigo de los hechos, recordó los “gritos y chapoteos” que alarmaron a la multitud en el mar. “¡¡¡Tiburón!!!”, fue el grito que espantó a nadadores y curiosos.
A no más de 80 metros de la costa, un aro rojo encerraba el cuerpo de Aubone, mientras una filosa aleta dorsal cortaba el azul del agua.
Fulco, legendario guardavidas de Miramar con varios trofeos en competencias de aguas abiertas, logró llegar rápidamente hasta la víctima y comenzó a nadar con ella hacia la orilla, pero, a metros de ésta, el animal logró morder nuevamente a Aubone. Meses de recuperación
“Ese día nadie volvió a entrar al agua”, destaca Bastida en un texto recogido por Gabriel Maximiliano Pérez Falco en la columna “Historia inédita de Miramar” que publica el semanario local Crónica.
La mordedura inicial fue en el hombro y brazo derechos de Aubone, en tanto la final y más brutal le produjo terribles heridas en la pierna izquierda, donde, según las crónicas de LA NACION, los médicos encontraron un diente del escualo que permitió identificarlo como un tiburón blanco. Los memoriosos aseguran que la situación del paciente fue “delicadísima” y que debió ser sometido a varias cirugías en los Estados Unidos.
Del atacante nunca más hubo noticias.
Aubone, pese a todo, siguió veraneando en Miramar hasta su muerte. Ahora, la playa donde sufrió el ataque cambió de nombre. Los que conocieron a Fulco aseguran que es un reconocimiento al guardavidas. Actualmente el balneario lleva el nombre de Tiburón: “Luis Angel –insisten– fue el único tiburón que hubo en Miramar”.

En el Museo Municipal "Punta Hermengo" de Miramar, hoy en dia, se puede observar en su exhibicion, algunas fotografias y recortes periodisticos de la epoca, e incluso, un diente de gran tamaño atribuido a la especie en cuestion.
Mas info en www.museodemiramar.com.ar