19 de agosto de 2012

A una década del robo de fósiles en el Museo Punta Hermengo.



Por  Mariano Magnussen Saffer. Director de Grupo Paleo y Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo. marianomagnussen@yahoo.com.ar . Publicado en Paleo, Revista Argentina de Paleontologia. Numero 74. Julio 2012.


Se cumplen diez años de un lamentable hecho ocurrido en la ciudad de Miramar, provincia de Buenos Aires, el 3 de agosto de 2002, cuando sujetos ignorados ingresaron en horas de la noche o madrugada y sustrajeron selectivamente piezas paleontológicas. Mas allá de la búsqueda en Internet de la pieza fundamental, como era el cráneo de un Arctotherium, en el mercado negro internacional de bienes culturales no se ubicado el ejemplar de oso prehistórico de las pampas, como ninguna de las otras piezas robadas esa noche.


La difusión realizada en medios nacionales por la entonces Asociación de Amigos, el levantamiento de huellas dactilares de los responsables del hecho y la participación de INTERPOL en la investigación, nos hace dudar de la posible recuperación del material paleontológico, pero en tiempos en que la justicia no alcanza al grueso de la población en los temas mas variados, nos vemos en la penosa necesidad de pedir, que también la justicia llegue algún día a los responsables de destruir parte del patrimonio de los miramarenses y del pueblo argentino en su conjunto.

Al momento del robo, no se tenia un registro fotográfico de los elementos faltantes y que se encontraban en su totalidad exhibidos en la sala de paleontología del área de ciencias naturales del museo, pues los bajos recursos muy comunes en las instituciones del interior del país y la ausencia total de la tecnología digital que hoy nos acompaña, no se pudo publicar el catalogo de los faltantes, pero si, de la pieza fundamental de la institución y nuestro orgullo, como lo fue el cráneo del Arctotherium, del cual, suponemos que fue destruido, ya que no creemos que nadie hubiese comprado el cráneo en mercado negro por la exposición mediática que tubo la causa, como así también, para que los autores no sean incriminados en forma directa por tener conservados algunos de los elementos faltantes. La única esperanza que tenemos las de bien y quienes se dedican por buscar, cuidar, exhibir y difundir nuestro patrimonio natural, es que algún día se llegue a la verdad y que los responsables sean identificados, ya que las posibilidades y las muestras comparativas están resguardadas esperando un sospechoso directo para ser comparadas.

Por ahora, no hay ningún sospechoso directo. Primero se pensó en personas locales o regionales que podían haber creído en la facilidad de vender fósiles en el mercado negro. Luego vino la hipótesis de lo profesional del robo, la selección de piezas de cierto interés hace pensar en una banda de traficantes de bienes culturales, que ingresaron con datos precisos y no se tomaron el tiempo de borrar pruebas o desviar la investigación, lo cual, también plantea si eran tan profesionales como parecía, o solo fue un robo por encargo.

Habría que recordar, que posteriormente a este hecho, se sumaron otros robos en distintos museos del país, incluyendo objetos personales de Manuel Belgrano, sustraídos del museo de la Casa Rosada, o el robo a mano armado de huevos y fósiles de dinosaurios en el museo de Cipoletti. A continuación, una crónica de lo publicado en el Semanario El Sol de Miramar, días después del robo.

Durante el primer fin de semana de Agosto de 2002, la comunidad y parte de turistas que visitaban la ciudad en vacaciones de invierno, se despertaron con una desagradable noticia, que daba a conocer un hecho delictivo en el Museo local, el cual se encuentra ubicado en el centro del bosque del Vivero Municipal “Florentino Ameghino” de 502 hectáreas.

En horas de la madrugada, el edificio que alberga al área de ciencias naturales del Museo Municipal Punta Hermengo de la ciudad balnearia, ubicada a unos 35 kilómetros al sur de Mar del Plata, autores ignorados previo a forzar una reja, una ventana frontal y dos puertas internas, sustrajeron numerosos restos fósiles y otros artefactos de trabajo que se encontraban en la oficina de la institución, afirmo su titular, el Museólogo Daniel Boh, quien radico la denuncia en la comisaría local.

Los autores del hecho no intentaron llevarse computadoras ni otros objetos de valor que hay en el edificio, como artefactos históricos de bronce entre otros, lo que lleva a suponer que iban detrás de un objetivo definido como son las piezas paleontológicas, cuyo valor aún no fue cuantificado y fueron sustraídas de la sala de exhibición con previo conocimiento, ya que los delincuentes seleccionaron objetos dispuestos en vitrinas distantes y en ningunos de los casos se llevaron las copias de fósiles realizados en yeso y plástico.

Los restos que fueron sustraídos del Museo Municipal carecen de valor económico, ya que nuestro país prohíbe la venta de fósiles y su trafico es casi inexistente, por lo cual, es imposible de vender en el comercio negro de vestigios paleontológicos, además de que algunos de ellos se encuentran catalogados y publicados en revistas especializadas.

La lista de faltantes se encuentra engrosada por él magnifico cráneo de un “Arctotherium”, un oso prehistórico hallado en 1988 en las inmediaciones de Mar del Sud y que conformaba la pieza central de la muestra de la presente sección del Museo local. Un canino de un “Smilodon populator” conocido vulgarmente como tigre dientes de sable. Un cráneo de “Eutatus”, una especie de armadillo antiguo de gran tamaño.

Otras piezas de menor valor la conforman una serie de tubos caudales (colas) de los gigantescos armadillos conocidos como Gliptodontes hallados en los afloramientos geológicos de la ciudad, un cráneo semi-completo de “Platygonus”, un antecesor de los actuales pecaries, el cráneo de un “Psiloterus”, un ave de gran tamaño, carnívora y corredora, los cuales, fueron abandonados en el predio de la institución luego que se rompieran por su fragilidad en numerosos fragmentos. También faltaron dos improntas de peces Teleósteos procedentes del Cretácico de la formación Santa Ana de Brasil, como así también, improntas de cangrejos patagónicos e invertebrados más comunes del sur de nuestro país.

Las autoridades policiales que se hicieron presentes en el lugar tras realizar un minucioso trabajo pericial, lograron recolectar evidencias que podrían llevar a los autores del hecho. La hipótesis del robo se encuentra orientado a posibles traficantes de vestigios naturales o un robo por encargo, ya que una de las piezas era muy conocida por distintos medios de comunicación.

Otra hipótesis sostiene que los autores del terrible episodio que sorprendió a esta pequeña localidad, confundieron el valor científico de los especimenes sustraídos por el valor económico. En las primeras horas del hecho, personal de la institución como de la Asociación de Amigos del Museo, dedicaron su tiempo a difundir rápidamente por Internet el episodio para desalentar posibles compradores y lograr su sustitución a la entidad local.

En la actualidad, los funcionarios municipales, se encuentran en un avanzado proyecto de mejoría de las instalaciones para el Museo Municipal Punta Hermengo, debido a su potencial científico, turístico y cultural para la región.

Si desea aportar información comuníquese con INTERPOL Argentina.

Mas info www.museodemiramar.com.ar