13 de enero de 2019

Los Notoungulados fósiles en el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.


Los ungulados sudamericanos proporcionan un caso de evolución en aislamiento geográfico tan notable como el de los marsupiales en Australia. Tras el aislamiento de Sudamérica en el Eoceno, los notoungulados desarrollaron en poco tiempo una fauna muy rica, entre la que se incluían animales de gran tamaño aunque la mayoría eran pequeños.
Darwin fue el primero en recoger restos de estos animales que más tarde serían descritos por Owen; Darwin explica que estos fósiles fueron uno de los primeros estímulos en favor de su teoría de la evolución.
Los notoungulados desaparecieron de Sudamérica en el Pleistoceno, después que Sudamérica y Norteamérica se unieran de nuevo, ante la competencia con herbívoros y carnívoros más avanzados.
En el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar se destaca un enorme cráneo y otros restos de Toxodon platensis, recuperado hace poco tiempo de un paleopantano en las inmediaciones de la localidad de Mar del Sud. El aspecto en vida de este animal era muy similar al de un hipopótamo, y pesaría más de una tonelada. Otro Notoungulato muy popular se encuentra representado por varios restos mandibulares bien preservados, acompañada por una copia de un cráneo con mandíbula de Macrauchenia patachonica, con un cuerpo muy parecido al de un camello y una larga trompa.
También se encuentra un pequeño esqueleto y cráneo con mandíbula pertenecientes a Paedotherium typicum del tamaño de un conejo y un cráneo de Mesotherium cristatum, estos últimos corresponden al Plioceno, es decir, más de 3 millones de años antes del presente.