Millares de libélulas o Alguaciles han invadido jardines, plazas, campos, centros urbanos y todo rincón adyacente a la costa atlántica durante la tercera y cuarta semana de diciembre.
Pero estos simpáticos y molestos “anisópteros” se convirtieron en un mal necesario para la comunidad, y si las condiciones meteorológicas y biológicas lo permiten, se podría repetir hasta mediados de Marzo. El Museo Municipal Punta Hermengo de nuestra ciudad, recibió muchas consultas por parte de vecinos y turistas.
La invasión de las llamadas libélulas (Aeschna bonariensis) de tamaño variado de 3 a 8 cm, son totalmente inofensivas para los seres humanos, y resultan beneficiosas porque se alimentan de larvas de los mosquitos, los cuales son realmente mas molestos y trasmisores de enfermedades bien conocidas en la época estival, sostuvo Mariano Magnussen, integrante del Museo Municipal de Miramar.
Durante los últimos días, tuvimos una treintena de consultas personales en nuestro museo, y otra gran cantidad en nuestro e-mail, comenta el museólogo Daniel Boh, titular de la institución.
Las libélulas no pican a los seres humanos y son valiosas como depredadores, ya que controlan las poblaciones de insectos como los mosquitos (Culex sp), las moscas (Musca sp) y eventualmente de varias polillas y mariposas, que son transmisores de enfermedades como el dengue y la gastroenteritis. Enormemente veloces, esta ventaja les permite a estos insectos capturar en el aire a los lentos mosquitos. El hábitat natural de las libélulas se halla en las proximidades de los charcos, lagos, banquinas o zonas pantanosas.
Una libélula adulta activa tiene un corto ciclo de vida, de apenas cuatro semanas. El ciclo de vida de las libélulas, desde la fase de huevo hasta la muerte en edad adulta, abarca entre seis meses a un año. Las libélulas hembras ponen los huevos en o cerca del agua, a menudo en las plantas flotantes o emergentes. En ocasiones, las hembras ponen huevos entre las pequeñas grietas del barro o musgo. Los huevos eclosionan en ninfas. Mientras que están en la etapa de ninfa se alimentan exclusivamente de larvas de mosquitos.
La explicación de este raro fenómeno natural en la costa atlántica, se debe a las altas temperaturas, acompañadas de abundante lluvias (muy parecido al clima subtropical) y los fuertes vientos del oeste, han permitido que millares de ejemplares (que normalmente se reproducen en todo la región bonaerense y pampeana) sean desplazados por los vientos hacia el este, convirtiendo a la costa atlántica en un rincón “trampa - limite” para estos, es decir, si bien parece una invasión o plaga, solo se trata del mismo numero que se genera naturalmente, pero acumulados en solo sector, sostuvieron los especialistas.
Se le aconseja a la población, evitar el uso de venenos y plaguicidas, ya que estos son verdaderamente perjudiciales para la salud, y las libélulas son controladores naturales de otras plagas mucho mas molestas y perjudiciales para los seres humanos.
Para saber mas, se puede visitar el sitio www.museodemiramar.com.ar
28 de diciembre de 2012
5 de diciembre de 2012
Gigantes de la Llanura sera presentado en la ciudad de Mar del Plata.
Presentación del libro Gigantes de la llanura". Breve historia de los grandes transportes de carga". Editorial Martín, de Mariana Boh con fotografías de época, infografías, dibujos de Daniel Boh. 106 pág.
El próximo viernes 7 de diciembre, a las 14 hs. en un evento organizado por el Círculo de Defensa de la Armada Filial Mar del Plata, en el nivel cine del complejo Los Gallegos Shopping con entrada libre y gratuita, se presentará Gigantes de la llanura, el segundo libro de Mariana Boh, con arte de tapa e ilustraciones de Daniel Boh.
La presentación estará a cargo de Ricardo Martin editor de la obra, el locutor Ignacio Melucci conductor del programa Región Atlántica por LU6, y la misma autora. El detalle musical lo aportará el músico Efrain Carrizo.
GIGANTES DE LA LLANURA es un breve recorrido a través de los grandes transportes de carga que surcaron la llanura pampeana antes de la llegada de los camiones. El libro está pensado como un homenaje a la gesta de tantos criollos y gringos cuya identidad desconocemos y quienes con su trabajo construyeron una región pujante y promovieron su desarrollo económico y social. Tomando como eje la figura de Emilio Garbiso y su chata de carga La Bienvenida, propone una mirada en estas moles de la carretería, y realiza un trabajo de documentación fotográfica.
Gigantes de la llanura, aun antes de su aparición en sociedad ha sido reseñado en revistas de tipo costumbrista ya que durante el mes de mayo apareció comentado en la revista El tradicional que dirige el historiador gauchesco Raul Finucci , y por la revista de atalajes francesa especializada en carruajes Attelage Patrimonie.
Auspician la presentación Dirección de Cultura de Gral. Alvarado y Editorial Martin.
Para más información comunicarse con la autora; marianasboh@gmail.com
El próximo viernes 7 de diciembre, a las 14 hs. en un evento organizado por el Círculo de Defensa de la Armada Filial Mar del Plata, en el nivel cine del complejo Los Gallegos Shopping con entrada libre y gratuita, se presentará Gigantes de la llanura, el segundo libro de Mariana Boh, con arte de tapa e ilustraciones de Daniel Boh.
La presentación estará a cargo de Ricardo Martin editor de la obra, el locutor Ignacio Melucci conductor del programa Región Atlántica por LU6, y la misma autora. El detalle musical lo aportará el músico Efrain Carrizo.
GIGANTES DE LA LLANURA es un breve recorrido a través de los grandes transportes de carga que surcaron la llanura pampeana antes de la llegada de los camiones. El libro está pensado como un homenaje a la gesta de tantos criollos y gringos cuya identidad desconocemos y quienes con su trabajo construyeron una región pujante y promovieron su desarrollo económico y social. Tomando como eje la figura de Emilio Garbiso y su chata de carga La Bienvenida, propone una mirada en estas moles de la carretería, y realiza un trabajo de documentación fotográfica.
Gigantes de la llanura, aun antes de su aparición en sociedad ha sido reseñado en revistas de tipo costumbrista ya que durante el mes de mayo apareció comentado en la revista El tradicional que dirige el historiador gauchesco Raul Finucci , y por la revista de atalajes francesa especializada en carruajes Attelage Patrimonie.
Auspician la presentación Dirección de Cultura de Gral. Alvarado y Editorial Martin.
Para más información comunicarse con la autora; marianasboh@gmail.com
30 de noviembre de 2012
Donan piezas históricas para el Museo Municipal "Punta Hermengo".
El Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar recibió nuevas donaciones que incrementarán el patrimonio cultural de General Alvarado. Entre los objetos recibidos, se encuentra un cricket para levantar carros pesados de hasta 3000 kilos y una palanca para levantar objetos o carruajes livianos. El mismo perteneció a la herrería de Alfredo Pinto Lopez donde también se fabricaban algunos vehículos tales como sulkys. La donación la efectuó su hijo, Luis Pinto Lopez.
También se recibió una morsa de la antigua herrería de Bandiera que se adosaba a un poste colocado en el suelo. La donación fue realizada por Ariel Raúl Bandiera.
Mas info: www.museodemiramar.com.ar
También se recibió una morsa de la antigua herrería de Bandiera que se adosaba a un poste colocado en el suelo. La donación fue realizada por Ariel Raúl Bandiera.
Mas info: www.museodemiramar.com.ar
El aporte cientifico de Jose Maria Dupuy, a un siglo de la creacion del primer Museo Miramarense.
Por Boh, Daniel1 y Magnussen Saffer, Mariano2.1 - Titular del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar. jdanielboh@yahoo.com.ar. 2 - Director de Grupo Paleo y Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo. marianomagnussen@yahoo.com.ar
Fuente original y todas las imagenes en: Boh, J. Daniel y Magnussen Saffer, Mariano (2012). José Maria Dupuy y su desconocida contribución a la ciencia argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10. 75: 29-34.
Miramar y el Partido de General Alvarado ha sido y sigue siendo meta de los estudios de muchos naturalistas, en especial geólogos y paleontólogos. Los estudios estratigráficos de nuestro país concitaron el interés de unos y otros y así Heusser, Claraz, Doering, Bravard, Burmeister, Roth, Florentino y Carlos Ameghino echaron las bases de estas especialidades en nuestro país, siendo atraídos por el entusiasmo que despertaba la interpretación de sucesivos e importantes hallazgos; más adelante se sumaron las investigaciones de Frenguelli, Rovereto, Windhausen, Feruglio, Groeber, Castellanos, Rusconi y Kraglievich, entre los mas destacados, siguiendo con los discípulos de cada uno de ellos.
Todos ellos tuvieron que opinar sobre los terrenos neoterciarios y cuaternarios del litoral marino bonaerense. Su obra en parte fue posible debido a la colaboración de campo que a través de incansables exploradores de nuestro suelo, como Carlos Ameghino y Lorenzo Parodi, permitió obtener materiales de suma importancia para los estudiosos del tema.
José Maria Dupuy (h) nació en Buenos Aires el 5 de abril de 1881 y desde niño vivió en Miramar en donde cursó sus estudios. En 1906 se casa con Victorina Arecha y si bien su situación económica no lo obligaba, decide ingresar a la Prefectura de Mar del Plata en 1910.
Para entones, Florentino Ameghino en 1908 produce el hallazgo de yacimientos del Plioceno en Miramar, Mar del Plata y Necochea; ese año, Florentino realizó tres viajes, el último junto a su hermano Carlos. En uno de sus trabajos Ameghino se refiere al cráneo del hombre de Miramar o cráneo del Arroyo La Tigra. Además en los descubrimientos de dos esqueletos humanos fósiles en el Pampeano Inferior del Moro¨ (Obras Completas y Correspondencia Científica) dice que a 60 Kms.
No mucho tiempo después de este suceso, se comenzaron a encontrar antiguos restos humanos en los alrededores de Miramar, en el sur de la provincia de Buenos Aires. El autor de esos hallazgos era un inmigrante genovés radicado en Necochea llamado Lorenzo Parodi. En septiembre de 1912, las autoridades de la universidad de La Plata preguntaron a Luis María Torres, profesor de esa casa, si durante las vacaciones convenía realizar tareas de campo.
Este contestó afirmativamente e indicó que, por la posibilidad de lograr ricas y numerosas colecciones antropológicas y observaciones estratigráficas, sería oportuno hacerlo en Miramar, Monte Hermoso y Valcheta. Con Torres colaboraba el jefe de paleontología del Museo Nacional de Buenos Aires (actual Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia), Carlos Ameghino, hermano de Florentino e interesado en continuar los trabajos de este sobre la antigüedad del hombre en la Argentina.
El 1 de marzo de 1912 es nombrado Ayudante de 3ª y trasladado a la Ayudantía de Miramar (también llamada Sub-Prefectura) como Jefe. En 1914 es ascendido a Ayudante de 2ª por lo que debe trasladarse a Mar del Plata pero, debido a la simpatía que despertó en los habitantes de nuestra localidad, estos solicitaron su permanencia, aún hasta su nuevo ascenso a Ayudante de 1ª ocurrido en 1925.
Su actividad no le impedía tener tiempo libre para recorrer la costa y recoger toda clase de especimenes, desde fósiles y restos arqueológicos hasta fauna y flora de toda clase, una afición que siempre tuvo y que posiblemente fue heredada de su padre. Esto le permite relacionarse con los grandes museos y sus investigadores, especialmente por su amistad con Lorenzo Parodi, técnico del Museo Nacional de Historia Natural “Bernardino Rivadavia”, que permanentemente recorría el país desde la provincia de Buenos Aires hasta la Patagonia, que además, poseía una "chacra-museo" en lo que es hoy día la Diagonal R. Mitre de la ciudad balnearia.
Carlos Ameghino, da a conocer en un nuevo trabajo cientifico y no tan polemico como los anteriores, los restos fósiles de una nueva especie de Tapirus, un tapir prehistórico que vivió en el Cuaternario bonaerense, al cual bautiza con la especie de “Dupuyi”, en claro homenaje a su descubridor y aportador de material científico interes para su estudio.
En 1917, José María Dupuy sigue entusiasmado luego de la consideraciones que tuvo Ameghino hacia su persona, busca y encuentra varios restos fósiles asociados entre si, Se trataba de huesos de Hippidium, un primitivo caballo americano, que vivió durante el Pleistoceno de la región pampeana. El material según consta en los archivos, fue extraído de Punta Hermengo, sitio fosilífero conocido por notables polémicas citadas, trasportados, estudiados y depositados en el Museo de Capital Federal.
Para entoces, el paleontólogo norteamericano Alex Hrdlika, quien estaba trabajando en la teoría del poblamiento americano como proveniente de Asia hace unos 30.000 años y que entró por el estrecho de Bering (Alaska), estuvo en esta región y criticó la rapidez con que se sacaron conclusiones aquí. Por otra parte el arqueólogo sueco Eric Boman en un trabajo publicado en Chile expresó que le llamaba la atención una supuesta ingerencia de la política en la ciencia argentina. En fin, estos hallazgos provocaron reacciones de diverso tipo en todo el mundo. Por otra parte hay que recordar que algunos investigadores de convicción religiosa estaban atacando a Ameghino por ser él uno de los primeros entusiastas en tomar las teorías de la evolución de Charles Darwin y que aún hoy algún dormido sigue criticando. Esto provocó que el trabajo científico se llenara de demasiados apasionamientos.
Se desconfiaba tanto de los descubrimientos que siempre tenía que acudir una comisión para comprobarlos, como otra que llegó en 1920 a nuestras tierras formada por científicos que tenían que confirmar nuevos hallazgos. Acudieron Carlos Ameghino, Rodolfo Senet, Estanislao Zeballos, Eric Boman, H. Von Ihering (Brasil) y R. Lehman Nitsche, acompañados por Lorenzo Parodi y José María Dupuy. En la oportunidad se encontró una boleadora en un estrato muy antiguo cuya foto acompaña esta nota.
Al segundo día de su llegada (cuenta Romero en su diario), fue informado de que en todo ese lugar, sus habitantes como así también los ocasionales turistas, encontraban de continuo objetos de piedra, madera y “hueso calcificado” pertenecientes a los grupos aborígenes que habitaron la costa atlántica. Romero se movilizó para conocer algunos de esos hallazgos. Por intermedio del hotelero donde se hospedaba conoció al señor José María Dupuy quién era un entusiasta aficionado a las “cosas raras” como lo llamaba nuestro autor. Una vez llegado al domicilio de Dupuy éste le muestra un pequeño museo en el que encuentra Romero objetos sumamente interesantes, recogidos todos en las inmediaciones del pueblo de Miramar.
Algunas de las piezas observadas, se parecían mucho, de acuerdo a Romero, a las que habían llegado al Museo de Buenos Aires, procedentes de los hallazgos del arroyo “Las Brusquitas”. El señor Dupuy, subprefecto del puerto, era poseedor también de algún material análogo al visto por Romero, pero recogido en la costa. Romero luego de haber observado los objetos mencionados, deduce que procedían de los mismos artífices que confeccionaron los instrumentos considerados por él de “edad fantástica”.
También asistía a Carlos Ameghino, hermano de Florentino, en los varios viajes que realizó a nuestra ciudad para trabajar con notables hallazgos. Por otra parte la colección de Dupuy creció de tal forma que hizo construir una ampliación con estantes y exhibidores en el edificio dedicado a la Subprefectura, ubicado en la Rambla, siendo este el primer museo de nuestra localidad y la región, habierto al publico desde 1912.
Debido a esta actividad e interés, el Museo capitalino solicita y obtiene de la Prefectura Marítima su asignación a la vigilancia de los yacimientos de Miramar y zona que mostraban una riqueza muy importante. Entre los visitantes del pequeño museo se encuentra el Presidente Marcelo T. de Alvear y científicos con los que luego mantenía una profusa correspondencia sobre los temas relacionados a sus investigaciones.
En 1925, José María Dupuy encuentra varios restos fósiles de un perezoso gigante extinto, y que vivió durante el Pleistoceno, es decir, has hace unos 10 mil años antes del presente. Este gigante herbívoro fue identificado como Glossotherium. Cuyos restos recuperados por Dupuy fueron trasladados por su importancia al Museo de Buenos Aires, donde allí aun son resguardados. Según los archivos de la institución, el material procede del ensenadense de Punta Hermengo, en las inmediaciones de la baliza de la ciudad de Miramar.
En 1926 un grupo de vecinos presencia la llegada de una ballena en un avanzado estado de descomposición, quedando varada sobre las restingas de la costa miramarense. En pocas horas se hicieron presentes dos vecinos y reconocidos naturalistas. El primero en llegar fue el sub-perfecto José Maria Dupuy.
El segundo personaje que llego donde estaba la ballena muerta, es decir, el hombre que era ayudado en sus exploraciones y observaciones por el mismo Dupuy, fue el más popular a nivel local y regional. Se trataba de Lorenzo Parodi, un emigrante genovés. Fue un prestigioso recolector de fósiles de principios de siglo. El mismo protagoniza polémicos hallazgos que fortalecían las teorías del origen terciario del hombre americano que sostenía nada mas ni nada menos que el sabio Florentino Ameghino, de los cuales, hemos mencionado mas arriba.
Volviendo al nuevo cetáceo varado en 1926, ambos naturalistas se encargaron de diseccionar, procesar y trasladar el esqueleto hasta la estación del ferrocarril argentino, para ser trasladado hasta Buenos Aires, ya que ambos pioneros eran colaboradores directos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Hoy el esqueleto completo de este ejemplar se encuentra resguardado el deposito de dicha institución, y el cráneo se encuentra exhibido en la sala de mamíferos del primer piso del Museo Capitalino. El espécimen media 26 metros de largo y pesaba unas 130 toneladas.
Para el otoño de 1928, en otras de las tantas caminatas y exploraciones a caballo o bote que realizaba José María Dupuy por todas las playas en las inmediaciones de Miramar en busca de nuevos especimenes para su pequeño museo y para aportar a la ciencia, hallo a pocos metros del recién construido muelle de pesca del pueblo, restos fósiles de un Gravigrado de importante dimensiones. En esta oportunidad, el material fue extraído y transportado a carro en conjunto con otro notable científico de la época, el Dr kraglievich, según los archivos del Museo Argentino de Ciencias Naturales.
También se le realizó un homenaje al colocársele su nombre a una nueva especie de Tapir prehistórico, el Tapirus dupuyi (C. Ameghino, 1916). En el año 1930 fue destinado a la Subprefectura de Tigre siendo destacable que, con diversos artículos periodísticos, la comunidad manifestó su pesar por el alejamiento. Luego es destinado a San Isidro en donde realiza una gran mejoría en las prestaciones de la institución. En 1936 finalmente se retira, manteniendo su interés por las ciencias naturales, que continúa con entusiasmo y paciencia.
Dupuy fallece el 10 de diciembre de 1973 y sus restos descansan en el cementerio de Miramar, en el panteón familiar.
Su colección y pertenencias fueron donadas por sus hijos, Arminda, Irma y Horacio a nuestro museo en 1978, perdiéndose algunas piezas por la negligencia de ese entonces, aunque afortunadamente sus elementos personales y correspondencia siguen en la institución, los cuales han sido varias veces material de consulta muy valioso para recientes trabajos de revisión histórica sobre la ciencia de aquella época, a la que él contribuyó en gran medida, manteniendo una modestia que lo hizo querido y respetado por los que lo conocieron.
Bibliografía Sugerida.
Boh, Daniel. José Maria Dupuy (h) y el Primer Museo en Miramar. Revista El Espigon. Numero 38.
Cattoi, N. 1951. El "Status" de Tapirus dupuyi (C. Amegh.). Comunicaciones del Instituto Nacional de Investigaciones de las Ciencias Naturales, Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", Ciencias Zoológicas 2 (8):103-112.
Magnussen Saffer, Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.
Revista Guardacostas año XXI Nº 56 1985
Archivo Museo Municipal Punta Hermengo
18 de noviembre de 2012
26 de octubre de 2012
El Museo identifica un milenario escarabajo prehistórico hallado en Miramar.
El Museo Municipal Punta Hermengo de dio a conocer el hallazgo de un extraño fósil atribuido a un escarabajo que vivió en la región hace unos 10 mil años antes del presente.
El peculiar hallazgo, ocurrió en forma accidental, cuando un equipo dirigido por el museólogo Daniel Boh en noviembre de 2002, se encontraban extrayendo los restos fósiles de un cráneo con su mandíbula, atribuidos a un gran perezoso gigante llamado Scelidotherium, en los afloramientos geológicos que se hallan al sur del muelle de pescadores de la ciudad.
En esa oportunidad, un trozo del sedimento que era separado junto a los restos óseos del megamamífero, se rompió en dos fragmentos, y en ambas partes se divisaron las improntas con detalles muy íntimos de la morfología del escarabajo.
“Solo se preservó un molde de la estructura original, ya que los sedimentos portadores de fósiles de la región pampeana no conservan los restos blandos”, sostuvo Daniel Boh, titular del Museo miramarense, y agregó – “la posibilidad de encontrar restos de este tipo, son muy escasos debido a su inusual preservación, y aporta información sobre el ambiente y el clima de los últimos 10 mil años”. Argumento.
La extraña impronta permaneció guardada durante mucho tiempo, debido a la falta de antecedentes similares para su apropiada identificación. Recién en 2012, Mariano Magnussen Saffer, accedió a realizar un estudio comparativo con organismos vivientes y se pudo saber que el escarabajo que vivió hace unos 10 mil años, aun tiene representantes en la actualidad. El material estudiado fue identificado como perteneciente a la familia de escarabajos Tenebrionidae, del genero Scotobius s.p
Los tenebriónidos (Tenebrionidae) en la actualidad son una de las grandes familias de coleópteros, con unas 20.000 especies descritas, viviendo especialmente en diversos ambientes esteparios y desérticos. Son básicamente detritívoros, es decir, generalmente se alimentan de sólidos permanentes, que provienen de la descomposición de fuentes orgánicas (vegetales y animales), lo cual indicaría la presencia del escarabajo fósil Scotobius s.p, hallado en la ciudad de Miramar, a centímetros de los restos oseos del perezoso gigante Scelidotherium.
Posiblemente, este pequeño escarabajo se estaba alimentando de los restos orgánicos luego de la descomposición del cráneo hallado, como cuero y tendones sobre el hueso, y por motivos que no sabemos, murió junto a su fuente de alimento y se preservó extraordinariamente durante los últimos 10 mil años, guardando detalles muy íntimos de su morfología, aunque es solo una especulación, señalo la fuente.
Los fósiles de insectos del Cuaternario (últimos dos millones de años) son en su mayoría muy escasos en el mundo, pero los pocos reconocidos son perfectamente adjudicables a especies actuales y prácticamente no se conocen extinciones o especiaciones durante este período, pero sí grandes cambios en la distribución geográfica de muchas especies en consonancia con los cambios climáticos.
El fósil del escarabajo milenario Scotobius se encuentra exhibido desde hace unos días en la sala de paleontología regional del museo de Miramar, junto a los restos óseos de grandes criaturas que vivieron en los últimos 3 millones de años, con mastodontes, tigres dientes de sable, varias especies de perezosos y armadillos gigantes, que hacen imposible de creer que estas raras criaturas alguna vez vagaron por nuestros suelos, pueden acceder a más in formación, por medio del sitio Web del museo.
Mas info: www.museodemiramar.com.ar
23 de octubre de 2012
35 Aniversario del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.
El 17 de Agosto, el Museo Municipal Punta Hermengo cumple 35 años desde su creación. Pero tiene otros antecedentes antes de ser una institucion municipal. A comienzos del siglo XX José María Dupuy (h) asumió como Subprefecto para ocuparse de la seguridad marítima y de los bañistas que llegaban por ese entonces a Miramar para pasar el caluroso verano. Las inquietudes de Dupuy fueron más allá de sus deberes ya que destinó su tiempo libre en la recolección de material de ciencias naturales que exponía posteriormente en un local del edificio de Subprefectura, ubicado en la rambla. Su amistad con el viajero naturalista Lorenzo Parodi hizo que se contactara con las más importantes personalidades científicas de su época, de lo cual existe una interesante documentación. El mismo Parodi poseía una "chacra-museo" en lo que es hoy día la Diagonal R. Mitre. Dupuy dejó su cargo en 1930 y se trasladó a Quilmes llevándose su colección particular. Similar suerte corrió la colección Parodi que terminó acrecentando el museo de una localidad vecina. Recién en la década del 70, un grupo de entusiastas aficionados impulsó la idea del museo, que se concretó en 1973. Luego de un período de conflictos en el cual la mayor parte del material se pierde, en 1975-1976 la Municipalidad y una Comisión presidida por el Dr. Juan María Duclós Peña y la Lic. Roxana Sciorilli-Borrelli, solicitaron a las autoridades provinciales los edificios ubicados en el Vivero Dunícola "Florentino Ameghino", inaugurándose el museo en 1977. Se le asignaron también cinco hectáreas para su parque propio y futuras ampliaciones, y luego el Vivero pasó a la Municipalidad. Su colección era un rejunte de lo que quedó de un anterior intento de fundar un museo, material de la Municipalidad y algún aporte de vecinos interesados. Hasta 1983 no hubo avances en su colección ni en la función didáctica del mismo. Se recibió el lugar casi hecho un basural por lo que se realizó una denuncia ante las recientes autoridades democráticas. El desarrollo de la institución fue lento ya que no existía una colección, sólo algunos fósiles sin valor, nada de bibliografía, mobiliario inadecuado y escaso; falta de datos sobre donantes u origen del material; fotografías amontonadas, etc. De ahí en más y con limitados medios se le fue dando forma, a veces con aciertos y otras con errores pero siempre buscando la mejor manera de destacar el importante patrimonio cultural que nuestra comunidad y región ofrecen. Gracias también a la colaboración de personas que con el tiempo fueron haciendo su aporte y que se fueron sumando a las tareas de manera desinteresada. Hoy es una institución que ha logrado ser conocida por la calidad de su colección: Posee restos fósiles de gran valor científico que son estudiados por científicos argentinos y extranjeros; su colección de mamíferos marinos es una de las mejores en la región puesto que cuenta con los esqueletos de dos ballenas y otros animales de gran tamaño, la cual costó gran esfuerzo en su obtención. En el Area de Historia debemos destacar la famosa y gigantesca “Chata de Garbiso”, el Faro de Punta Hermengo, una recopilación de imágenes antiguas de nuestra ciudad que va en aumento, el archivo histórico con datos sobre los orígenes de nuestras localidades y pioneros, etc. Se han realizado diversas exposiciones en otros ámbitos y ofrecido charlas sobre los temas relacionado con la institución. En los últimos años se agregó el servicio de nuestra página web, reconocida como una de las mejores sobre el tema. Desde la misma se brinda en mayor detalle información sobre la historia y la riqueza natural del distrito, colaborando también con investigadores de otras provincias u otros países como España, Italia y Turquía. Actualmente se están mejorando las salas de exhibición para brindar un espacio más agradable sumado a la más y mejor información sobre el material que se expone, tal como se lo ha hecho en todos estos años tratando de mantenerse a tono con los tiempos que corren.
Mas info www.museodemiramar.com.ar
Mas info www.museodemiramar.com.ar
Hotel Boulevard Atlantic de Mar del Sud en la revista Weekend.
La revista "Weekend" publicó una nota sobre el antiguo Hotel Boulevard Atlantic de Mar del Sud. Desde la investigación que generara, muchos avances se han dado para recuperar este patrimonio histórico de nuestro distrito. El sector privado junto con la municipalidad intentaránreivindicar desde el presente la historia relacionada con este antiguo hotel, gestando un futuro posible para esta tradicional postal de Mar del Sud. La nota se encuentra en la edición N° 481 -del 17 de octubre de 2012- con el título "10 lugares signados por leyendas que los buscadores de rincones perdidos merecen descubrir". Un honor haber elegido a Mar del Sud y su Hotel como el Nº 1 de esta lista.
Mas Info www.museodemiramar.com.ar
Mas Info www.museodemiramar.com.ar
19 de agosto de 2012
A una década del robo de fósiles en el Museo Punta Hermengo.
Por Mariano Magnussen Saffer. Director de Grupo Paleo y Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo. marianomagnussen@yahoo.com.ar . Publicado en Paleo, Revista Argentina de Paleontologia. Numero 74. Julio 2012.
Se cumplen diez años de un lamentable hecho ocurrido en la ciudad de Miramar, provincia de Buenos Aires, el 3 de agosto de 2002, cuando sujetos ignorados ingresaron en horas de la noche o madrugada y sustrajeron selectivamente piezas paleontológicas. Mas allá de la búsqueda en Internet de la pieza fundamental, como era el cráneo de un Arctotherium, en el mercado negro internacional de bienes culturales no se ubicado el ejemplar de oso prehistórico de las pampas, como ninguna de las otras piezas robadas esa noche.
La difusión realizada en medios nacionales por la entonces Asociación de Amigos, el levantamiento de huellas dactilares de los responsables del hecho y la participación de INTERPOL en la investigación, nos hace dudar de la posible recuperación del material paleontológico, pero en tiempos en que la justicia no alcanza al grueso de la población en los temas mas variados, nos vemos en la penosa necesidad de pedir, que también la justicia llegue algún día a los responsables de destruir parte del patrimonio de los miramarenses y del pueblo argentino en su conjunto.
Al momento del robo, no se tenia un registro fotográfico de los elementos faltantes y que se encontraban en su totalidad exhibidos en la sala de paleontología del área de ciencias naturales del museo, pues los bajos recursos muy comunes en las instituciones del interior del país y la ausencia total de la tecnología digital que hoy nos acompaña, no se pudo publicar el catalogo de los faltantes, pero si, de la pieza fundamental de la institución y nuestro orgullo, como lo fue el cráneo del Arctotherium, del cual, suponemos que fue destruido, ya que no creemos que nadie hubiese comprado el cráneo en mercado negro por la exposición mediática que tubo la causa, como así también, para que los autores no sean incriminados en forma directa por tener conservados algunos de los elementos faltantes. La única esperanza que tenemos las de bien y quienes se dedican por buscar, cuidar, exhibir y difundir nuestro patrimonio natural, es que algún día se llegue a la verdad y que los responsables sean identificados, ya que las posibilidades y las muestras comparativas están resguardadas esperando un sospechoso directo para ser comparadas.
Por ahora, no hay ningún sospechoso directo. Primero se pensó en personas locales o regionales que podían haber creído en la facilidad de vender fósiles en el mercado negro. Luego vino la hipótesis de lo profesional del robo, la selección de piezas de cierto interés hace pensar en una banda de traficantes de bienes culturales, que ingresaron con datos precisos y no se tomaron el tiempo de borrar pruebas o desviar la investigación, lo cual, también plantea si eran tan profesionales como parecía, o solo fue un robo por encargo.
Habría que recordar, que posteriormente a este hecho, se sumaron otros robos en distintos museos del país, incluyendo objetos personales de Manuel Belgrano, sustraídos del museo de la Casa Rosada, o el robo a mano armado de huevos y fósiles de dinosaurios en el museo de Cipoletti. A continuación, una crónica de lo publicado en el Semanario El Sol de Miramar, días después del robo.
Durante el primer fin de semana de Agosto de 2002, la comunidad y parte de turistas que visitaban la ciudad en vacaciones de invierno, se despertaron con una desagradable noticia, que daba a conocer un hecho delictivo en el Museo local, el cual se encuentra ubicado en el centro del bosque del Vivero Municipal “Florentino Ameghino” de 502 hectáreas.
En horas de la madrugada, el edificio que alberga al área de ciencias naturales del Museo Municipal Punta Hermengo de la ciudad balnearia, ubicada a unos 35 kilómetros al sur de Mar del Plata, autores ignorados previo a forzar una reja, una ventana frontal y dos puertas internas, sustrajeron numerosos restos fósiles y otros artefactos de trabajo que se encontraban en la oficina de la institución, afirmo su titular, el Museólogo Daniel Boh, quien radico la denuncia en la comisaría local.
Los autores del hecho no intentaron llevarse computadoras ni otros objetos de valor que hay en el edificio, como artefactos históricos de bronce entre otros, lo que lleva a suponer que iban detrás de un objetivo definido como son las piezas paleontológicas, cuyo valor aún no fue cuantificado y fueron sustraídas de la sala de exhibición con previo conocimiento, ya que los delincuentes seleccionaron objetos dispuestos en vitrinas distantes y en ningunos de los casos se llevaron las copias de fósiles realizados en yeso y plástico.
Los restos que fueron sustraídos del Museo Municipal carecen de valor económico, ya que nuestro país prohíbe la venta de fósiles y su trafico es casi inexistente, por lo cual, es imposible de vender en el comercio negro de vestigios paleontológicos, además de que algunos de ellos se encuentran catalogados y publicados en revistas especializadas.
La lista de faltantes se encuentra engrosada por él magnifico cráneo de un “Arctotherium”, un oso prehistórico hallado en 1988 en las inmediaciones de Mar del Sud y que conformaba la pieza central de la muestra de la presente sección del Museo local. Un canino de un “Smilodon populator” conocido vulgarmente como tigre dientes de sable. Un cráneo de “Eutatus”, una especie de armadillo antiguo de gran tamaño.
Otras piezas de menor valor la conforman una serie de tubos caudales (colas) de los gigantescos armadillos conocidos como Gliptodontes hallados en los afloramientos geológicos de la ciudad, un cráneo semi-completo de “Platygonus”, un antecesor de los actuales pecaries, el cráneo de un “Psiloterus”, un ave de gran tamaño, carnívora y corredora, los cuales, fueron abandonados en el predio de la institución luego que se rompieran por su fragilidad en numerosos fragmentos. También faltaron dos improntas de peces Teleósteos procedentes del Cretácico de la formación Santa Ana de Brasil, como así también, improntas de cangrejos patagónicos e invertebrados más comunes del sur de nuestro país.
Las autoridades policiales que se hicieron presentes en el lugar tras realizar un minucioso trabajo pericial, lograron recolectar evidencias que podrían llevar a los autores del hecho. La hipótesis del robo se encuentra orientado a posibles traficantes de vestigios naturales o un robo por encargo, ya que una de las piezas era muy conocida por distintos medios de comunicación.
Otra hipótesis sostiene que los autores del terrible episodio que sorprendió a esta pequeña localidad, confundieron el valor científico de los especimenes sustraídos por el valor económico. En las primeras horas del hecho, personal de la institución como de la Asociación de Amigos del Museo, dedicaron su tiempo a difundir rápidamente por Internet el episodio para desalentar posibles compradores y lograr su sustitución a la entidad local.
En la actualidad, los funcionarios municipales, se encuentran en un avanzado proyecto de mejoría de las instalaciones para el Museo Municipal Punta Hermengo, debido a su potencial científico, turístico y cultural para la región.
Si desea aportar información comuníquese con INTERPOL Argentina.
Mas info www.museodemiramar.com.ar
Desmantelan y Declaran "herencia vacante" al Boulevard Atlantic de Mar del Sud.
El Juzgado de Paz de Miramar citó al actual ocupador, quien no habría podido autentificar legalmente el dominio de la propiedad. Ahora el tema está en la Justicia provincial.
La triste imagen que presenta el histórico Boulevard Atlantic Hotel de Mar del Sud, puso una señal de alarma que obligó a diversos organismos a realizar acciones para contrarrestar esta situación.
Sin embargo, con la majestuosa edificación en ruinas, hubo reiteradas denuncias de desmantelamiento y posterior comercialización de valiosas piezas a negocios de compra venta en Miramar.
Es así que la estructura construida en 1890 posee su interior prácticamente vacío ya que no existen los pisos, ni puertas y ventanas. Lo único erigido es la imponente fachada que pese al lógico deterioro por erosión conserva su imagen original. Justamente es el exterior de la propiedad la que tiene cierta protección legal mediante una ordenanza que la declaró "Monumento histórico municipal".
De esta manera, pese a los reclamos encabezados por la Asociación Civil "Amigos de Mar del Sud", la comuna puede intervenir a medias en la cuestión aunque se buscan despejar los caminos y avanzar en el tema. En tanto, trascendió que el actual morador asegura tener documentos que lo avalan como el dueño de acuerdo a una herencia de su ex mujer fallecida hace unos años.
La cuestión viene de larga data y existe una sucesión que la iniciaron diversos acreedores donde el expediente madre recaló en el Juzgado de Paz de Miramar. Por otra parte, se supo que hay una importante deuda impositiva con la comuna, aunque por el momento no se iniciaron acciones legales desde allí.
Esa propiedad fue pasando por diversos dueños con boletos de compra ventas nunca legalizados hasta que llegó a manos de quien hoy se considera propietario del inmueble.
En ese contexto, el organismo de Justicia local solicitó al morador copia legalizada de los documentos que lo garanticen como dueño del hotel, los cuales presentó pero sin las firmas legales correspondientes.
"En definitiva no puede demostrar que es titular de ese bien, aunque asegura tener las 72 avas partes, que sería el mayor porcentaje", aseguró a LA CAPITAL un alto funcionario municipal.
De esta manera, se declaró al bien como "Herencia Vacante" y se derivó la causa a la Fiscalía de Estado que deberá ser quien determine los pasos a seguir aunque por lo pronto el Boulevard Atlantic en su porción mayor, quedaría a manos del gobierno provincial.
Deterioro
Dentro de este panorama, el municipio busca tener un mayor protagonismo y evitar que se siga desmantelando este hotel único en el país por ser edificado entre los médanos durante el origen de la villa balnearia de Mar del Sud.
Igualmente, tras una audiencia en la propia Fiscalía ubicada en La Plata, quien lleva adelante el expediente, les informó a los funcionarios municipales que "todavía se necesitaba realizar un pedido más de documentación para llegar a una resolución y aceptar definitivamente la herencia".
"Pretendemos al menos que pronto se interponga una medida judicial que le impida a este hombre seguir vendiendo lo que existe en el interior del hotel. Supuestamente en estos días el morador tendría que presentar de una vez por todas las pruebas que lo acrediten como dueño y de no ser así la Provincia designaría depositario de bien? a la Municipalidad de General Alvarado", indicó la misma fuente consultada.
Museos y Patrimonio
Ante esta situación que tomó notoria trascendencia, desde Comisión de Museos y Patrimonio Histórico dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, solicitaron una audiencia con el intendente, Patricio Hogan, la cual podría concretarse la próxima semana.
Existe un marcado interés por buscar soluciones pese a que está descartada la reestructuración total del edificio, debido a que un informe estructural realizado en 2008 determinó un deterioro prácticamente total en las bases de hierro que sostienen las columnas internas.
Igualmente, durante la conversación previa se pensó a futuro poder recuperar al menos un par de habitaciones y potenciar su valor arquitectónico juntamente con una rica y sorprendente historia que merece ser conocida.(Diario La Capital).
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
La triste imagen que presenta el histórico Boulevard Atlantic Hotel de Mar del Sud, puso una señal de alarma que obligó a diversos organismos a realizar acciones para contrarrestar esta situación.
Sin embargo, con la majestuosa edificación en ruinas, hubo reiteradas denuncias de desmantelamiento y posterior comercialización de valiosas piezas a negocios de compra venta en Miramar.
Es así que la estructura construida en 1890 posee su interior prácticamente vacío ya que no existen los pisos, ni puertas y ventanas. Lo único erigido es la imponente fachada que pese al lógico deterioro por erosión conserva su imagen original. Justamente es el exterior de la propiedad la que tiene cierta protección legal mediante una ordenanza que la declaró "Monumento histórico municipal".
De esta manera, pese a los reclamos encabezados por la Asociación Civil "Amigos de Mar del Sud", la comuna puede intervenir a medias en la cuestión aunque se buscan despejar los caminos y avanzar en el tema. En tanto, trascendió que el actual morador asegura tener documentos que lo avalan como el dueño de acuerdo a una herencia de su ex mujer fallecida hace unos años.
La cuestión viene de larga data y existe una sucesión que la iniciaron diversos acreedores donde el expediente madre recaló en el Juzgado de Paz de Miramar. Por otra parte, se supo que hay una importante deuda impositiva con la comuna, aunque por el momento no se iniciaron acciones legales desde allí.
Esa propiedad fue pasando por diversos dueños con boletos de compra ventas nunca legalizados hasta que llegó a manos de quien hoy se considera propietario del inmueble.
En ese contexto, el organismo de Justicia local solicitó al morador copia legalizada de los documentos que lo garanticen como dueño del hotel, los cuales presentó pero sin las firmas legales correspondientes.
"En definitiva no puede demostrar que es titular de ese bien, aunque asegura tener las 72 avas partes, que sería el mayor porcentaje", aseguró a LA CAPITAL un alto funcionario municipal.
De esta manera, se declaró al bien como "Herencia Vacante" y se derivó la causa a la Fiscalía de Estado que deberá ser quien determine los pasos a seguir aunque por lo pronto el Boulevard Atlantic en su porción mayor, quedaría a manos del gobierno provincial.
Deterioro
Dentro de este panorama, el municipio busca tener un mayor protagonismo y evitar que se siga desmantelando este hotel único en el país por ser edificado entre los médanos durante el origen de la villa balnearia de Mar del Sud.
Igualmente, tras una audiencia en la propia Fiscalía ubicada en La Plata, quien lleva adelante el expediente, les informó a los funcionarios municipales que "todavía se necesitaba realizar un pedido más de documentación para llegar a una resolución y aceptar definitivamente la herencia".
"Pretendemos al menos que pronto se interponga una medida judicial que le impida a este hombre seguir vendiendo lo que existe en el interior del hotel. Supuestamente en estos días el morador tendría que presentar de una vez por todas las pruebas que lo acrediten como dueño y de no ser así la Provincia designaría depositario de bien? a la Municipalidad de General Alvarado", indicó la misma fuente consultada.
Museos y Patrimonio
Ante esta situación que tomó notoria trascendencia, desde Comisión de Museos y Patrimonio Histórico dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, solicitaron una audiencia con el intendente, Patricio Hogan, la cual podría concretarse la próxima semana.
Existe un marcado interés por buscar soluciones pese a que está descartada la reestructuración total del edificio, debido a que un informe estructural realizado en 2008 determinó un deterioro prácticamente total en las bases de hierro que sostienen las columnas internas.
Igualmente, durante la conversación previa se pensó a futuro poder recuperar al menos un par de habitaciones y potenciar su valor arquitectónico juntamente con una rica y sorprendente historia que merece ser conocida.(Diario La Capital).
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
Nueva exhibición temporaria sobre "La Era de Hielo".
Desde el 14 de Julio y durante todas las vacaciones de invierno de 2012 en el Museo.
Una nueva exhibición del museo municipal para estas vacaciones de invierno es la nueva propuesta que el organismo piensa sorprender a su publico.
Las verdaderas bestias prehistóricas que dieron origen a Scrat, Manny, Sid y Diego, los cuatro personajes principales de la película “La Era de Hielo”, alguna vez deambularon por Miramar y gran parte del territorio argentino, otras eran criaturas similares y hasta mas asombrosas, y estarán próximamente a la vista del publico.
Esto es porque a partir del sábado 14 de julio y durante todas las vacaciones de invierno 2012, el Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar prepara una exhibición especial para conocer los fósiles de La Era de Hielo hallados en Miramar, a partir de campañas de búsquedas e investigación cuyas bases se encuentran en rigurosos estudios de excavaciones paleontológicas realizadas por instituciones científicas del país y de la institución local.
La exhibición especial que interactúa con los restos fósiles originales de las grandes criaturas prehistóricas que vivieron en Miramar y que se extinguieron hace 10 mil años antes del presente y su relación directa con los personajes de la Era de Hielo en la gran pantalla , llevando directamente al visitante mediante la combinación de elementos ilustrativos, información breve, precisa y las piezas de origen paleontológico orgullo del museo, a una época difícil de imaginar.
La imperdible exhibición integrará por fósiles originales y modelos que permitirán conocer la increíble diversidad de animales que alguna vez habitaron la ciudad balnearia, conformada por colecciones de fósiles de gigantescos elefantes, dientes de sable, grandes perezosos, animales pequeños y demás.
Durante la exhibición se descubrirá el origen de cada una de estas especies, sus hábitos alimenticios y forma de vida, a través de paneles explicativos con contenidos didácticos e ilustrativos, cuya información dará a conocer el origen de la vida, los cambios de la corteza terrestre, las eras geológicas y la teoría de la extinción de los mismos.
IMPORTANTE:
Debido al enorme éxito que despertó la exhibición especial sobre los fósiles de La Era de Hielo hallados en Miramar por parte de padres y niños, tanto residentes como turistas, y a pedido de numerosos docentes de la ciudad y de la región, el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, comunica la continuidad de la muestra en forma permanente hasta nuevo aviso.
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
El paso del Che Guevara por Miramar y un nuevo libro.
Recientemente se presento el libro de Buenos Aires “Confieso que soy argentino. Ernesto Che Guevara”, cuyo autor es Fernando Agrazo, en el cual, dedica parte de su obra al paso de Ernesto Che Guevara por Miramar, antes de comenzar su aventura por América del Sur.
Para ello, el autor se vaso en la publicación realizada en 2008 por Mariano Magnussen Saffer, y que se puede consultar en el sitio web del Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar, de donde provienen los registros históricos que ayudaron a completar la vida de uno de los personalidades mas reconocidas del mundo. En el libro, un joven periodista decide viajar a cuba para proponerle al famoso Ernesto Che Guevara una nota diferente de las demás: hablar de su vida relacionada con la Argentina. Así se da comienzo a una apasionante entrevista donde el Che sorprende a su interlocutor.
Todas las anécdotas y acciones que lo vinculan con su país natal a lo largo del segundo y tercer viaje por Latinoamérica, y como funcionario de Cuba. Finalmente las circunstancias del regreso a su patria para entrevistarse con Arturo Frondizi.
Un Ernesto Guevara íntimo y simple que deja traslucir sus emociones. La relación con sus padres, familiares y amigos; el asma; su conocimiento del fútbol argentino; la admiración por Fangio; su gusto por el mate y el tango. el reportaje no existió pero todo lo que el Che responde esta basado en hechos reales: lo que Guevara dijo y escribió a través de sus notas de viaje y cartas; lo que contaron sus familiares y amigos, y lo que investigaron sus biógrafos. El autor logra a través de un diálogo sencillo y ameno llegar al Che con momentos de humor e instantes de alta emotividad desde una arista que nos aproxima al hombre sin alejarnos de la figura histórica.
“Confieso que soy argentino. Ernesto Che Guevara” es un libro que sorprenderá al lector. La argentina es mucho más que la tierra donde nació y vivió parte de su vida. Fue uno de sus profundos sentimientos. Consultas a fernandoagrazo@gmail.com
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
Visita de importante científico al Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar.
El director del Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar, Daniel Boh recibió la visita del prestigioso paleontólogo Dr. Alfredo Zurita.
El investigador es científico del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) y del CONICET, siendo su especialidad el estudio de los Gliptodontes, aquellos gigantescos armadillos de los cuales es común hallar las placas de sus caparazones en nuestras costas.
Su visita tuvo como motivo el conocimiento de diversos restos de estos animales que se encuentran depositados en nuestro museo y el interés por realizar algunos estudios en los mismos.
Cabe destacar que Alfredo ha recorrido el continente sudamericano para recopilar todos los hallazgos de estos animales en un gran esfuerzo por documentar todos los datos que se tienen hasta ahora. De este modo ha realizado comparaciones en las adaptaciones al medio ambiente, distribución, migraciones, diversidad, estructuras óseas y otros aspectos relevantes. Si bien los restos de Gliptodontes son comunes en nuestro distrito, su biología es aún poco conocida. Posiblemente sean de los animales más extraordinarios que existieron en la historia de la tierra, puesto que su aspecto y probable comportamiento ya no es posible de ver en animales actuales, especialmente por ser tan acorazados como un tanque con patas. Sus colas, que en ciertas especies poseían una gran maza en la punta de las mismas, similares a gigantescos garrotes, aparentemente se usaban para agredirse entre ellos en el período de celo y para defenderse de los predadores.
También sus cráneos son extraordinarias muestras de adaptación al medio y a su alimento, compuesto principalmente de pastos. Hoy en día, el Museo Municipal tiene en exhibición una gran caparazón y también hay dos más esperando a ser preparadas, además de partes de colas de diversas especies, halladas en la región. Debemos recordar también que hace unos meses también se recibió a un especialista del mismo instituto, el Lic. Ángel Miño Boilini, quien estudia los perezosos gigantes fósiles, de los cuales el museo posee varias e interesantes piezas, que sirvieron para completar sus investigaciones.
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
El investigador es científico del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL) y del CONICET, siendo su especialidad el estudio de los Gliptodontes, aquellos gigantescos armadillos de los cuales es común hallar las placas de sus caparazones en nuestras costas.
Su visita tuvo como motivo el conocimiento de diversos restos de estos animales que se encuentran depositados en nuestro museo y el interés por realizar algunos estudios en los mismos.
Cabe destacar que Alfredo ha recorrido el continente sudamericano para recopilar todos los hallazgos de estos animales en un gran esfuerzo por documentar todos los datos que se tienen hasta ahora. De este modo ha realizado comparaciones en las adaptaciones al medio ambiente, distribución, migraciones, diversidad, estructuras óseas y otros aspectos relevantes. Si bien los restos de Gliptodontes son comunes en nuestro distrito, su biología es aún poco conocida. Posiblemente sean de los animales más extraordinarios que existieron en la historia de la tierra, puesto que su aspecto y probable comportamiento ya no es posible de ver en animales actuales, especialmente por ser tan acorazados como un tanque con patas. Sus colas, que en ciertas especies poseían una gran maza en la punta de las mismas, similares a gigantescos garrotes, aparentemente se usaban para agredirse entre ellos en el período de celo y para defenderse de los predadores.
También sus cráneos son extraordinarias muestras de adaptación al medio y a su alimento, compuesto principalmente de pastos. Hoy en día, el Museo Municipal tiene en exhibición una gran caparazón y también hay dos más esperando a ser preparadas, además de partes de colas de diversas especies, halladas en la región. Debemos recordar también que hace unos meses también se recibió a un especialista del mismo instituto, el Lic. Ángel Miño Boilini, quien estudia los perezosos gigantes fósiles, de los cuales el museo posee varias e interesantes piezas, que sirvieron para completar sus investigaciones.
Mas info en www.museodemiramar.com.ar
2 de junio de 2012
160 aniversario del Natalicio de Francisco Pascasio "Perito" Moreno.
Francisco Pascasio Moreno, nació el 31 de mayo de 1852 en la Capital Federal. Sus padres fueron Francisco Facundo Moreno y Juana Thwaites quienes lo bautizaron el 29 de octubre. Su hermana mayor recibió el nombre de Juana y sus tres hermanos menores fueron llamados Josué, Eduardo y Maruja. Su padre tuvo una enorme influencia sobre él al enseñarle las letras y su amor a la naturaleza, cosa que definiría el rumbo de su vida.
Su patriotismo nace en sus primeros años de vida. Estuvo muy enfermo durante la guerra del Paraguay y veía a su madre, que junto con parientes y amigas, hacían "hilas", y vendas para los heridos, oyendo además los comentarios sobre las familias enlutadas y los actos heroicos realizados por nuestras tropas. Todo esto, fue trabajando en su mente, alimentada después por los motivos de guerra, que leía con avidez y su mayor emoción, fue el ver pasar por la calle Florida, al son de marchas militares, los restos del sexto de línea, frente a los curiosos que los miraban con indiferencia. Fue tal el impacto que esto causó en él que toma la resolución de servir a su patria a la medida de sus fuerzas.
En 1863 ingresó al colegio San José de los Padres Bayoneses donde estuvo pupilo tres años. Durante el tiempo que estuvo internado no se destacó como alumno estudioso. Continuó sus estudios en el colegio Catedral del Norte. Entró allí debido a la amistad que su padre mantenía con Sarmiento. Como el colegio no enseñaba Ciencias Naturales, Francisco Facundo Moreno, su padre, lo llevaba al río y a Palermo a juntar elementos, los cuales serían los primeros objetos de su propio museo. Su padre les regala a los tres hermanos el mirador de su casa en agosto de 1866 para allí instalar el primer museo.
El 27 de Diciembre de 1867 muere la madre, Juana Thwaites, víctima de cólera, enfermedad que padecía hacía bastante tiempo y se había agudizado en los últimos dos meses.
En el año 1868 sus hermanos se desvinculan del museo familiar, quedando éste a su cargo. Los distintos objetos que allí se exhibían, algunos de gran importancia geológica, fueron repartidos equitativamente. En el mismo año fueron recibidas las primeras donaciones por parte de Mariquita Sánchez de Thomson.
Ya en 1870 la familia se muda a la quinta de parque Patricios. Allí pudieron gozar de mayores comodidades y Francisco Pascasio realizar sus estudios en mayor tranquilidad. En ese mismo año escucha hablar por primera vez de Luis Piedrabuena y se ve totalmente anonadado por la emblemática precisión y certeza de su labor en la materia.
Llegando a 1871 comienza la expansión de la amenaza de la fiebre amarilla. Se mudan a la estancia de León Gándara, esposo de Francisca, la hermana de Francisco Facundo Moreno. Ese mismo año Francisco Pascasio Moreno realiza las primeras exploraciones entre los lagos Chascomús y Vitel. Los peones le habían hablado sobre osamentos llamados "Luces Malas", lo que lo llevó a conjeturar que esas fosforescencias podrían indicar un yacimiento fosilífero. Allí dedican dos días a la clasificación de todos los huesos.
En 1872 ingresa a la compañía de seguros "La Estrella" (que había sido fundado por su padre) pero se da cuenta de que no era su verdadera vocación. Su padre lo entiende y lo apoya en su profundo y esencial discernimiento regalándole un edificio de 200 m2 para su propio museo (fundado a los veinte años de edad).
En 1874 se embarca en el "Bergatín Rosales" de la Armada a Santa Cruz con el objetivo de explorar las tierras donde se habían establecido los chilenos. El barco llega hasta la desembocadura del río Santa Cruz.
Junto con Carlos Bergatín y el guardiamarina Carlos María Moyano, se internan en Santa Cruz y Río Negro, donde encuentran una tribu aborigen que mantenía viejas costumbres de un tiempo remoto, con vestigios de una vida anterior a la llegada del hombre blanco. Moreno hizo acopio de una gran cantidad de objetos de habitantes primitivos.
En diciembre llega a su fin la expedición luego de 5 meses. Vuelven a Buenos Aires debido a una revolución que al llegar ya había sido sofocada.
Viaja a Entre Ríos para comparar la formación terciaria de las barrancas del Paraná con la de las Patagonia. Francisco Pascasio Moreno no sólo intenta explorar la Patagonia sino, también, integrarla al país que está ajeno a su existencia
Ya en el año 1875 luego de una arduo trabajo logra persuadir a la Sociedad Científica Argentina para que le dé el dinero necesario para su nueva expedición a la Patagonia. Su objetivo era cruzar los Andes por el Nahuel Huapi y llegar a Chile en un camino inverso al de Guillermo Cox. Buscaba un paso entre el Nahuel huapi y Valdivia para unir el Atlántico con el Pacífico.
Para hacerlo debía encontrar al Cacique Saihueque quien era el dueño del paso a Chile. En el recorrido bordeó el río Limay, pasó por las barrancas de Chacón Geyú, cruzó el Cumlelfen, en la Pampa rosada y la región Manzanageyú o País de las Manzanas. Al llegar a la Collón Curá y Neumuco, envió un mensaje al cacique quien lo invitó a su territorio. Francisco Pascasio Moreno es recibido por un coro de mujerers y se presenta frente a Sayhueque, quien demuestra ser muy sabio. El joven explorador no sólo traspuso una frontera geográfica sino también la de una cultura inexplorada. Moreno gozó de la hospitalidad de Sayhueque, quien se consideraba señor de la tierra y cacique principal de toda la Patagonia.
Se presenta al consejo de los viejos jefes para explicar los motivos por los que deseaba ir a Chile. Aduce que sólo de sea conocer lo que hay allí pero los caciques pensaban que Francisco Pascasio tenía la intención de ocupar su territorio. Tenían arraigada la idea de que todo cristiano engañaba y mataba a todos los que los ayudaban.
En un momento de la discusión, Yanyarique, el cacique de las nueve mujeres, lo acusó de mentiroso y lo desafió a que midieran sus fuerzas. Francisco Pascasio dejó de lado el temor y se enfrentó al cacique, quien no pudo arrancar del caballo al joven explorador.
Aunque realizó grandes esfuerzos le negaron pasar a Chile por el camino de la cordillera. No obstante, Moreno no desistió en su empeño de explorar el territorio. Era necesario, en sus palabras "Conocer esos territorios hasta sus últimos rincones y convencer con pruebas irrecusables a los incrédulos y a los apáticos, del gran factor que para nuestra grandeza sería la Patagonia apreciada en su justo valor". Es por ello que se hizo amigo del cacique Ñancochenque, quien lo invitó a sus toldos. Recorrió los bosques de Pehuen y descubrió la fitarroya patagonica.
Luego Moreno retornó a Caleufú a los toldos de Sayhueque para que este autorizara el paso al Nahuel Huapi. El 22 de enero de 1876 se convierte a los 23 años en el primer blanco que llega al Gran Lago desde el Atlántico. Aunque está conmovido por la belleza del paisaje, no olvida tomar posesión simbólica del lugar, haciendo reflejaran en las aguas del Nahuel Huapi los colores de nuestra bandera. Desea afirmar en ese territorio la soberanía de nuestro país.
Luego de unos días emprende su vuelta. Al llegar a Chichinal se entera que pronto habría un malón. Por ello el regreso se convierte en una desesperada carrera contra la muerte ante al inminencia de una invasión indígena, y llega a Buenos Aires tres días antes de que se produjera el malón que costó cientos de vida y centenares de miles de cabezas de ganado. No repuesto aún de esta experiencia Moreno viaja a Catamarca y Santiago del Estero.
"Mar interno, hijo del manto patrio que cubre la cordillera en la inmensa soledad, la Naturaleza que te hizo no te dio nombre; la voluntad humana te llamará desde hoy Lago Argentino."
En 1879 es nombrado jefe de la Comisión exploradora de los Territorios del Sur por el Gobierno Nacional presidido por Avellaneda. Entre otros mandatos, debía estudiar lugares posibles para la colonización, recorrer la costa entre los ríos Negro y deseado, localizar los yacimientos de nitrato y estudiar los aspectos geológicos del trayecto con vistas a la futura construcción de una línea férrea que uniera al Atlántico con el Pacífico a través de la Patagonia. Le otorgaron un barco "El vigilante" para realizar una expedición al Sur.
El 18 de febrero de 1874 comienza la conquista del Desierto. Sale la primere división desde azul al frente de julio Argentino Roca, ministro de guerra. Lo secunda el Coronel Villegas. Ellos junto con 6000 hombres se desplazan hasta las márgenes de los ríos Negro y Neuquén. Sus objetivos eran terminar con la dominación indígena y, a la vez, afirmar la soberanía sobre Chile. Francisco Pascasio Moreno al mismo tiempo se dirigía hacia el sur junto con una tripulación que no respetaba sus ideales.
Discutía con sus compañeros de viaje ya que éstos estaban entusiasmados con una guerra que èl consideraba injusta. Moreno, que había vivido con los indios, se sentía culpable por pertenecer, inevitablemente, al bando enemigo. Años más tarde, al recordar esa guerra, escribió: "Tengo la seguridad de que bien en esa ocasión pudo evitarse el sacrificio de miles de vida; por supuesto muchos más de indios que de cristianos...Durante esa lucha se realizaron matanzas inútiles de seres que, creyéndose dueños de la tierra, la defendían de la civilización invasora." Ahora estaba otra vez en tierra de indios. Navega el río Negro aguas arriba en un tramo de 450 kilómetros, hace relevar la costa del Golfo San Matías, levantar la carta del puerto de San Antonio y efectuar perforaciones en busca de agua potable.
Finalmente emprende viaje a caballo hacia la cordillera, siguiendo a la inversa el trayecto efectuado por Musters en 1870. Pasa por el Bajo del Gualicho y Valcheta, visita al cacique Sinchel, llega a Maquinchao, recorre el valle de Cholila, El Maitén, y la pampa donde hoy se halla Esquel, y por último llega a la toldería de sus amigos Inacayal y Foyel, en Tecka.
Luego de recorrer la región y sobrevivir a un intento de asesinato por envenenamiento, en el que no tiene tanta fortuna su acompañante Hernández, Moreno sigue viaje hacia el norte, al país de las Manzanas, y vuelve a recorrer el Nahuel Huapi donde bautiza el cerro López en honor a Vicente López y Planes, autor del Himno nacional, y el lago Gutiérrez en memoria de uno de los hombres que diera inspiración a su infancia: Juan María Gutiérrez.
Mientras Moreno está dedicado a su objetivo, que es hallar el paso de Vuriloche que comunica con Chile, es rodeado por los indios y llevado a la toldería de Sayhueque y sus capitanejos. Luego de tres días Moreno es condenado a muerte. Se le arrancará el corazón y se lo clavará en una caña para ahuyentar a los malos espíritus.
Pero el cumplimiento de la sentencia es demorado por Sayhueque, y Moreno y sus dos acompañantes logran alcanzar, en una oscura noche, el río Collon Curá, y en una balsa precaria que
"Si un indio mata a un blanco es un salvaje, y si un blanco mata un indio es civilización"
construyen con unas ramas de sauce se lanzan a las aguas. Navegando de noche y escondiéndose durante el día bajan por el Collon Curá y el río Limay hasta las proximidades del Neuquén. Fueron seis días terribles. Finalmente el séptimo día llegan a la confluencia del Limay con el Neuquén. En esa increíble huida Moreno, junto con su vida y la de sus compañeros, salvó su diario y la bandera argentina.
El 11 de mayo de 1880 llega Moreno, que todavía no había cumplido 28 años de edad, a la Estación Central de Buenos Aires, siendo bajado del tren en camilla, pues sus piernas están llagadas y se halla debilitado por la fiebre.
Con este viaje concluyó una etapa en la vida de Moreno. Finalizaron las exploraciones realizadas sobre la base casi exclusiva de su esfuerzo personal.
En 1881 la "Societé de Géographis de París", lo nombra miembro y socio corresponsal, y le otorga la medalla de oro. En la Argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores le encarga realizar un mapa de la Patagonia y un informe sobre los límites con Chile. El hombre que regresaba de Europa, que pudo iniciar una vida académica sin sobresaltos, se metía de lleno en un conflicto que demandaría no sólo inteligencia, sino enormes esfuerzos.
En 1882 proyecta el futuro museo, viaja por la cordillera y se lo nombra oficial de la Academia de Instrucción Pública y Bellas artes. Vuelve a la Argentina y se produce en 1882 la fundación de la ciudad de la Plata que determinó la cesión del Museo Público de Buenos Aires al Gobierno Nacional.
En 1883 la Academia de Francia le otorga las Palmas Académicas y lo designa Oficial de esa institución. Un año después, la Sociedad Arqueológica de Chile lo nombra miembro correspondiente. Moreno dona 2000 volúmenes de su biblioteca al Museo de La Plata.
En 1885 se casa con María Ana Varela. En 12 años de matrimonio tienen siete hijos. El año de su casamiento es también el de la inauguración del Museo de la Plata. Moreno, que tiene entonces 32 años, es designado director de la nueva institución.
Buscaba con las exhibiciones del museo ejemplificar, no sólo la evolución de la naturaleza de acuerdo a las últimas teorías científicas, sino también las posibilidades que las riquezas naturales ofrecen al espíritu práctico y emprendedor.
En los 20 años en que Moreno se desempeñó como director del Museo, entre 1885 y 1905,la institución alcanzó proyección nacional e internacional. Francisco Pascasio se rodeó de un conjunto de técnicos y especialistas sobresalientes, con quienes realizó exploraciones de diferentes regiones del país. La obra realizada quedó documentada en las publicaciones del Museo, que comenzaron a imprimirse a partir de 1890. Así entre 1893 y 1895 el personal del Museo, recorrió, en las palabras de Moreno, "desde las heladas regiones de la Puna... hasta el Dpto. de san Rafael en la provincia de Mendoza, estudiando la geografía, la mineralogía y la geología... en las altas cumbres y en los vastos llanos y relevando por primera vez la fisonomía exacta de la orografía andina, hasta entonces desconocida", siendo de lamentar que esos estudios no se hubieran realizado antes "para haber evitado no pocos trastornos en el trazado de las fronteras internacionales".
A partir de 1896 Moreno se desempeñó simultáneamente como perito argentino en las cuestiones limítrofes con Chile, cargo que había rechazado en 1888 por considerar que no tenía méritos suficientes como para actuar al mismo nivel que Diego Barros Arena, perito por Chile.
Desde ese momento, Moreno orientó las actividades del Museo hacia la defensa de los intereses argentinos.
Hasta entonces los problemas fronterizos de la Argentina no encontraban soluciones adecuadas. El último arbitraje frente a Brasil había sido francamente desfavorable. Terminado este conflicto, surgía el de Chile, que no sólo reclamaba parte de la Patagonia, sino también por la demarcación fronteriza de Catamarca y la Punta de Atacama. En lo único que parecían ponerse de acuerdo chilenos y argentinos era la reafirmación de la soberanía argentina sobre el Atlántico y de Chile sobre el Pacífico. "A partir de ese acuerdo podemos negociar", decía Moreno. Se trataba de trazar una línea divisoria en las altas cumbres, observando el curso de los ríos hacia el Atlántio y el Pacífico. Pero había que discutir sobre el terreno, no en especulaciones teóricas.
Las funciones de Perito Argentino en la cuestión limítrofe con Chile llevaron a Moreno, durante las postrimerías del siglo XIX, a efectuar numerosos viajes a Santiago de chile. En 1897 a lomo de mula, Moreno, su esposa y sus cuatro hijos acompañados por el Doctor Clemente Oneli, cruzan la cordillera de los Andes rumbo a Chile. El mismo año, muere en Chile su esposa, María Ana Varela, a los 29 años, víctima de la fiebre tifoidea. Es a ella a quien la Sociedad Chilena rinde con hidalguía sentido homenaje. Pero quedan en la mente de moreno las palabras pronunciadas por ella un mes antes de morir, cuando ya se encontraba gravemente enferma: "No abandones nuestra causa... sigue adelante y lucha hasta vencer. Con tu triunfo evitaremos la guerra."
Así entre 1897 y 1898 Moreno viaja repetidamente entre Argentina y Chile, sienta las base para el encuentro que los presidentes Roca y Errázuriz mantienen el 15 de febrero de 1899 en el Estrecho de Magallanes, y en pocos años reúne abundante información que significó el descubrimiento de numerosos lagos, varios ríos, canales, islas, cerros y cordones montañosos, que eran hasta ese entonces totalmente desconocidos.
La teoría de Moreno de que el límite con Chile debía ajustarse a la línea de las altas cumbres fue sustentada por un detallado estudio en el terreno a lo largo de toda la región limítrofe, estudio que no pudo ser igualado por los expertos chilenos.
Moreno recurrió a todos los medios imaginables para lograr su objetivo. Así contó con el testimonio de sus amigos los indios de Nahuel pan, y de los colonos galeses para retener la región de la Colonia 16 de octubre, y de un antiguo colaborador del Museo, Germán Koslowky, para que el valle de los Huemules, en las cabeceras del río Aisén quedase también en territorio argentino.
En 1898 recibe una nueva distinción. Es nombrado por la "Geological Society of London" como miembro honorario correspondiente, y la Academia Americana de Política y Ciencias Sociales de Filadelfia lo designa miembro extranjero.
En 1899 se trasladó a Londres, junto a sus hijos, como asesor geógrafo del representante argentino. Desde allí escribe al presidente Roca: "Necesitamos hacer conocer el país en todo sentido. No tenemos aún el puesto que nos corresponde como nación americana y es un deber nuestro tratar de conseguirlo. Una vez que nos conozcan, seremos mucho más apreciados."
El mismo año de su viaje a Londres la Sociedad Geográfica Comercial de París le otorga la medalla Creveaux.
En 1900 Moreno regresa a la Argentina. Sir Thomas Holdich, el arbitro inglés, viaja en el mismo barco que Moreno y sus hijos, excepto el mayor, Francisco, que con 15 años de edad decide quedarse en la capital británica estudiando pintura. Durante el viaje, Moreno conversó largamente con el arbitro inglés y trató de conocer su opinión acerca del conflicto. Muy diplomático, Mister Holdich eludió una respuesta. Sin embargo en una ocasión, mientras ambos miraban el mar, acodados en la borda, Sir Thomas dijo "que todo cuanto gane el pie argentino al oeste de la división continental se deberá enteramente a usted".
En 1901 acompaña al Comisionado del Tribunal Arbitral, coronel Sir Thomas Holdich, en el reconocimiento que se realiza desde el Lago Lácar hasta el seno de la Ultima Esperanza.
En abril de 1902 se dirigió a Esquel con el objetivo de convencer a los galeses de la zona que permanecieran fieles al país que les dio abrigo. Exactamente el 30 de abril de aquel año, Francisco Pascasio logró que los galeses de la zona se pronunciaran a favor de nuestro país, manifestándose conformes con estar "bajo la bandera argentina". La preocupación central de Moreno en aquel tiempo era poder terminar con éxito las gestiones para solucionar el conflicto limítrofe con Chile. Durante todo el mes de abril no hizo otra cosa que dedicarse a ese asunto. En mayo regresó a Londres junto al arbitro inglés.
En 1903 sufre una terrible pérdida. El 26 de enero muere su hijo Florencio de tan solo 9 años. Utilizó el trabajo como método de ocupación y en unos meses recuperó su entusiasmo."
Ese mismo año el Congreso Nacional premia la labor de Moreno como perito y los trabajos que durante muchos años ha prestado gratuitamente a la Nación, otorgándole tierras en el territorio del Neuquén o al sur del río Negro.
Moreno ubica esas tierras en el extremo oeste del lago Nahuel Huapi y las dona a su vez a la Nación con el fin de que sean conservadas como parque natural. De esta manera el 6 de noviembre de 1903 la Argentina se convirtió en el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Canadá, en poseer un Parque Nacional.
Pero no contento con ello Moreno escribe al ministro chileno Vergara pidiéndole que su gobierno haga una reserva similar en las tierras chilenas ubicadas al oeste del Nahuel Huapi. Esta actitud de Moreno pone de relieve uno de sus aspectos menos conocidos: sus atributos de educador, de civilizador, y su amor a la humanidad.
En 1906, luego de retirado del Museo de la Plata, Francisco Pascasio se instaló con sus hijos en la Quinta de Parque Patricios. Abrió las puertas de la quinta Moreno para que los chicos de la "quema" puedan comer de los frutales allí existentes. Y luego, viendo la desnutrición que los aqueja, a habilitar una gran cocina en la que se llegan a servir 200 comidas diarias. Después agrega una aula, y así nacen las las "escuelas Patrias" que finalmente pone bajo el amparo del Patronato de la infancia y propulsa desde su cargo de vicepresidente del Consejo Nacional de Educación.
En 1910 Moreno es propuesto como candidato y elegido diputado nacional, por sus convecinos de la parroquia o distrito de San Cristóbal. Como diputado nacional Moreno presidió la Comisión de Territorios nacionales, y en ese carácter recorrió el Chaco y Formosa. Propuso la creación del Servicio Científico Nacional y de los Parques y Jardines Nacionales y apoyó el establecimiento de ferrocarriles en la Patagonia.
Moreno renunció a su banca de representante del pueblo para aceptar su designación como vocal del Consejo Nacional de Educación, por considerar que éticamente no podía desempeñar ambos cargos simultáneamente, y por preferir "continuar dedicando el tiempo que me resta de vida a contribuir a hacer de los niños de hoy... ciudadanos que sirvan eficientemente... a la Nación Argentina, siendo innegable que la fuerza y la grandeza de su mañana dependen de la escuela de hoy."
Su acción en pro de la educación no solamente se limitó a las Escuelas Patrias. Creó además las guarderías infantiles en los barrios obreros, modificó los planes de estudios de las escuelas nocturnas para adultos dándoles una orientación vocacional y técnica, y creó, en fin, el escalafón para los maestros.
Su último viaje a la Patagonia lo realiza en 1912, siete años antes de su muerte, cuando acompaña a Teodoro Roosevelt, por pedido especial de éste, a la región de Nahuel Huapi.
Francisco Pascasio Moreno murió en la madrugada del 22 de noviembre de 1919. En el país su muerte pasa inadvertida. Pero en el exterior numerosos países e instituciones le rinden homenaje, pues Moreno es un verdadero exponente de las mejores virtudes de la raza, al margen de su condición de argentino.
En 1944 sus restos fueron traslados a Bariloche, cubiertos con la bandera argentina y los ponchos de Sayhueque, Catriel y Pincén, y depositados en la isla Centinela, convirtiendo el imponente escenario de sus mayores glorias en digno monumento a su grandeza. Nada le hubiera satisfecho más que descansar en las tierras por las que luchara sin desmayo en vida y sin esperar ningún beneficio personal.
Moreno fue un autodidacta, humanista, civilizador, explorador, geógrafo, antropólogo, etnógrafo, paleontólogo, historiador, sociólogo, diplomático, legislador, educador y escritor y poeta de la naturaleza, y por encima de todo un ser humano que luchó hasta el final de su vida por los ideales de su juventud.
Moreno ha sido considerado héroe civil de nuestro país. Esto es especialmente destacable en una Nación donde la mayor parte de los hombres ilustres de la historia han sido militares o han actuado como tales, y donde los civiles más nombrados han participado en mayor o menor medida de las luchas políticas de su tiempo, luchas que en muchos casos se han proyectado hasta la actualidad.
La vida de Francisco Pascasio Moreno fue una lucha continua. En las tolderías, en los parlamentos indios, en las expediciones por tierra y mar, en el cautiverio, Moreno mostró su coraje y su enorme comprensión por la condición humana. Fue él, el explorador, el pionero, el científico que se arriesgó a borrar los límites entre civilización y barbarie.
Fragmento del artículo publicado originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2008). Francisco Pascasio Moreno. Explorador. Científico y Pionero en la Patagonia. Año 6 numero 31: 20 - 25.
Mas info en http://www.museodemiramar.com.ar/
Su patriotismo nace en sus primeros años de vida. Estuvo muy enfermo durante la guerra del Paraguay y veía a su madre, que junto con parientes y amigas, hacían "hilas", y vendas para los heridos, oyendo además los comentarios sobre las familias enlutadas y los actos heroicos realizados por nuestras tropas. Todo esto, fue trabajando en su mente, alimentada después por los motivos de guerra, que leía con avidez y su mayor emoción, fue el ver pasar por la calle Florida, al son de marchas militares, los restos del sexto de línea, frente a los curiosos que los miraban con indiferencia. Fue tal el impacto que esto causó en él que toma la resolución de servir a su patria a la medida de sus fuerzas.
En 1863 ingresó al colegio San José de los Padres Bayoneses donde estuvo pupilo tres años. Durante el tiempo que estuvo internado no se destacó como alumno estudioso. Continuó sus estudios en el colegio Catedral del Norte. Entró allí debido a la amistad que su padre mantenía con Sarmiento. Como el colegio no enseñaba Ciencias Naturales, Francisco Facundo Moreno, su padre, lo llevaba al río y a Palermo a juntar elementos, los cuales serían los primeros objetos de su propio museo. Su padre les regala a los tres hermanos el mirador de su casa en agosto de 1866 para allí instalar el primer museo.
El 27 de Diciembre de 1867 muere la madre, Juana Thwaites, víctima de cólera, enfermedad que padecía hacía bastante tiempo y se había agudizado en los últimos dos meses.
En el año 1868 sus hermanos se desvinculan del museo familiar, quedando éste a su cargo. Los distintos objetos que allí se exhibían, algunos de gran importancia geológica, fueron repartidos equitativamente. En el mismo año fueron recibidas las primeras donaciones por parte de Mariquita Sánchez de Thomson.
Ya en 1870 la familia se muda a la quinta de parque Patricios. Allí pudieron gozar de mayores comodidades y Francisco Pascasio realizar sus estudios en mayor tranquilidad. En ese mismo año escucha hablar por primera vez de Luis Piedrabuena y se ve totalmente anonadado por la emblemática precisión y certeza de su labor en la materia.
Llegando a 1871 comienza la expansión de la amenaza de la fiebre amarilla. Se mudan a la estancia de León Gándara, esposo de Francisca, la hermana de Francisco Facundo Moreno. Ese mismo año Francisco Pascasio Moreno realiza las primeras exploraciones entre los lagos Chascomús y Vitel. Los peones le habían hablado sobre osamentos llamados "Luces Malas", lo que lo llevó a conjeturar que esas fosforescencias podrían indicar un yacimiento fosilífero. Allí dedican dos días a la clasificación de todos los huesos.
En 1872 ingresa a la compañía de seguros "La Estrella" (que había sido fundado por su padre) pero se da cuenta de que no era su verdadera vocación. Su padre lo entiende y lo apoya en su profundo y esencial discernimiento regalándole un edificio de 200 m2 para su propio museo (fundado a los veinte años de edad).
En 1874 se embarca en el "Bergatín Rosales" de la Armada a Santa Cruz con el objetivo de explorar las tierras donde se habían establecido los chilenos. El barco llega hasta la desembocadura del río Santa Cruz.
Junto con Carlos Bergatín y el guardiamarina Carlos María Moyano, se internan en Santa Cruz y Río Negro, donde encuentran una tribu aborigen que mantenía viejas costumbres de un tiempo remoto, con vestigios de una vida anterior a la llegada del hombre blanco. Moreno hizo acopio de una gran cantidad de objetos de habitantes primitivos.
En diciembre llega a su fin la expedición luego de 5 meses. Vuelven a Buenos Aires debido a una revolución que al llegar ya había sido sofocada.
Viaja a Entre Ríos para comparar la formación terciaria de las barrancas del Paraná con la de las Patagonia. Francisco Pascasio Moreno no sólo intenta explorar la Patagonia sino, también, integrarla al país que está ajeno a su existencia
Ya en el año 1875 luego de una arduo trabajo logra persuadir a la Sociedad Científica Argentina para que le dé el dinero necesario para su nueva expedición a la Patagonia. Su objetivo era cruzar los Andes por el Nahuel Huapi y llegar a Chile en un camino inverso al de Guillermo Cox. Buscaba un paso entre el Nahuel huapi y Valdivia para unir el Atlántico con el Pacífico.
Para hacerlo debía encontrar al Cacique Saihueque quien era el dueño del paso a Chile. En el recorrido bordeó el río Limay, pasó por las barrancas de Chacón Geyú, cruzó el Cumlelfen, en la Pampa rosada y la región Manzanageyú o País de las Manzanas. Al llegar a la Collón Curá y Neumuco, envió un mensaje al cacique quien lo invitó a su territorio. Francisco Pascasio Moreno es recibido por un coro de mujerers y se presenta frente a Sayhueque, quien demuestra ser muy sabio. El joven explorador no sólo traspuso una frontera geográfica sino también la de una cultura inexplorada. Moreno gozó de la hospitalidad de Sayhueque, quien se consideraba señor de la tierra y cacique principal de toda la Patagonia.
Se presenta al consejo de los viejos jefes para explicar los motivos por los que deseaba ir a Chile. Aduce que sólo de sea conocer lo que hay allí pero los caciques pensaban que Francisco Pascasio tenía la intención de ocupar su territorio. Tenían arraigada la idea de que todo cristiano engañaba y mataba a todos los que los ayudaban.
En un momento de la discusión, Yanyarique, el cacique de las nueve mujeres, lo acusó de mentiroso y lo desafió a que midieran sus fuerzas. Francisco Pascasio dejó de lado el temor y se enfrentó al cacique, quien no pudo arrancar del caballo al joven explorador.
Aunque realizó grandes esfuerzos le negaron pasar a Chile por el camino de la cordillera. No obstante, Moreno no desistió en su empeño de explorar el territorio. Era necesario, en sus palabras "Conocer esos territorios hasta sus últimos rincones y convencer con pruebas irrecusables a los incrédulos y a los apáticos, del gran factor que para nuestra grandeza sería la Patagonia apreciada en su justo valor". Es por ello que se hizo amigo del cacique Ñancochenque, quien lo invitó a sus toldos. Recorrió los bosques de Pehuen y descubrió la fitarroya patagonica.
Luego Moreno retornó a Caleufú a los toldos de Sayhueque para que este autorizara el paso al Nahuel Huapi. El 22 de enero de 1876 se convierte a los 23 años en el primer blanco que llega al Gran Lago desde el Atlántico. Aunque está conmovido por la belleza del paisaje, no olvida tomar posesión simbólica del lugar, haciendo reflejaran en las aguas del Nahuel Huapi los colores de nuestra bandera. Desea afirmar en ese territorio la soberanía de nuestro país.
Luego de unos días emprende su vuelta. Al llegar a Chichinal se entera que pronto habría un malón. Por ello el regreso se convierte en una desesperada carrera contra la muerte ante al inminencia de una invasión indígena, y llega a Buenos Aires tres días antes de que se produjera el malón que costó cientos de vida y centenares de miles de cabezas de ganado. No repuesto aún de esta experiencia Moreno viaja a Catamarca y Santiago del Estero.
"Mar interno, hijo del manto patrio que cubre la cordillera en la inmensa soledad, la Naturaleza que te hizo no te dio nombre; la voluntad humana te llamará desde hoy Lago Argentino."
En 1879 es nombrado jefe de la Comisión exploradora de los Territorios del Sur por el Gobierno Nacional presidido por Avellaneda. Entre otros mandatos, debía estudiar lugares posibles para la colonización, recorrer la costa entre los ríos Negro y deseado, localizar los yacimientos de nitrato y estudiar los aspectos geológicos del trayecto con vistas a la futura construcción de una línea férrea que uniera al Atlántico con el Pacífico a través de la Patagonia. Le otorgaron un barco "El vigilante" para realizar una expedición al Sur.
El 18 de febrero de 1874 comienza la conquista del Desierto. Sale la primere división desde azul al frente de julio Argentino Roca, ministro de guerra. Lo secunda el Coronel Villegas. Ellos junto con 6000 hombres se desplazan hasta las márgenes de los ríos Negro y Neuquén. Sus objetivos eran terminar con la dominación indígena y, a la vez, afirmar la soberanía sobre Chile. Francisco Pascasio Moreno al mismo tiempo se dirigía hacia el sur junto con una tripulación que no respetaba sus ideales.
Discutía con sus compañeros de viaje ya que éstos estaban entusiasmados con una guerra que èl consideraba injusta. Moreno, que había vivido con los indios, se sentía culpable por pertenecer, inevitablemente, al bando enemigo. Años más tarde, al recordar esa guerra, escribió: "Tengo la seguridad de que bien en esa ocasión pudo evitarse el sacrificio de miles de vida; por supuesto muchos más de indios que de cristianos...Durante esa lucha se realizaron matanzas inútiles de seres que, creyéndose dueños de la tierra, la defendían de la civilización invasora." Ahora estaba otra vez en tierra de indios. Navega el río Negro aguas arriba en un tramo de 450 kilómetros, hace relevar la costa del Golfo San Matías, levantar la carta del puerto de San Antonio y efectuar perforaciones en busca de agua potable.
Finalmente emprende viaje a caballo hacia la cordillera, siguiendo a la inversa el trayecto efectuado por Musters en 1870. Pasa por el Bajo del Gualicho y Valcheta, visita al cacique Sinchel, llega a Maquinchao, recorre el valle de Cholila, El Maitén, y la pampa donde hoy se halla Esquel, y por último llega a la toldería de sus amigos Inacayal y Foyel, en Tecka.
Luego de recorrer la región y sobrevivir a un intento de asesinato por envenenamiento, en el que no tiene tanta fortuna su acompañante Hernández, Moreno sigue viaje hacia el norte, al país de las Manzanas, y vuelve a recorrer el Nahuel Huapi donde bautiza el cerro López en honor a Vicente López y Planes, autor del Himno nacional, y el lago Gutiérrez en memoria de uno de los hombres que diera inspiración a su infancia: Juan María Gutiérrez.
Mientras Moreno está dedicado a su objetivo, que es hallar el paso de Vuriloche que comunica con Chile, es rodeado por los indios y llevado a la toldería de Sayhueque y sus capitanejos. Luego de tres días Moreno es condenado a muerte. Se le arrancará el corazón y se lo clavará en una caña para ahuyentar a los malos espíritus.
Pero el cumplimiento de la sentencia es demorado por Sayhueque, y Moreno y sus dos acompañantes logran alcanzar, en una oscura noche, el río Collon Curá, y en una balsa precaria que
"Si un indio mata a un blanco es un salvaje, y si un blanco mata un indio es civilización"
construyen con unas ramas de sauce se lanzan a las aguas. Navegando de noche y escondiéndose durante el día bajan por el Collon Curá y el río Limay hasta las proximidades del Neuquén. Fueron seis días terribles. Finalmente el séptimo día llegan a la confluencia del Limay con el Neuquén. En esa increíble huida Moreno, junto con su vida y la de sus compañeros, salvó su diario y la bandera argentina.
El 11 de mayo de 1880 llega Moreno, que todavía no había cumplido 28 años de edad, a la Estación Central de Buenos Aires, siendo bajado del tren en camilla, pues sus piernas están llagadas y se halla debilitado por la fiebre.
Con este viaje concluyó una etapa en la vida de Moreno. Finalizaron las exploraciones realizadas sobre la base casi exclusiva de su esfuerzo personal.
En 1881 la "Societé de Géographis de París", lo nombra miembro y socio corresponsal, y le otorga la medalla de oro. En la Argentina, el Ministerio de Relaciones Exteriores le encarga realizar un mapa de la Patagonia y un informe sobre los límites con Chile. El hombre que regresaba de Europa, que pudo iniciar una vida académica sin sobresaltos, se metía de lleno en un conflicto que demandaría no sólo inteligencia, sino enormes esfuerzos.
En 1882 proyecta el futuro museo, viaja por la cordillera y se lo nombra oficial de la Academia de Instrucción Pública y Bellas artes. Vuelve a la Argentina y se produce en 1882 la fundación de la ciudad de la Plata que determinó la cesión del Museo Público de Buenos Aires al Gobierno Nacional.
En 1883 la Academia de Francia le otorga las Palmas Académicas y lo designa Oficial de esa institución. Un año después, la Sociedad Arqueológica de Chile lo nombra miembro correspondiente. Moreno dona 2000 volúmenes de su biblioteca al Museo de La Plata.
En 1885 se casa con María Ana Varela. En 12 años de matrimonio tienen siete hijos. El año de su casamiento es también el de la inauguración del Museo de la Plata. Moreno, que tiene entonces 32 años, es designado director de la nueva institución.
Buscaba con las exhibiciones del museo ejemplificar, no sólo la evolución de la naturaleza de acuerdo a las últimas teorías científicas, sino también las posibilidades que las riquezas naturales ofrecen al espíritu práctico y emprendedor.
En los 20 años en que Moreno se desempeñó como director del Museo, entre 1885 y 1905,la institución alcanzó proyección nacional e internacional. Francisco Pascasio se rodeó de un conjunto de técnicos y especialistas sobresalientes, con quienes realizó exploraciones de diferentes regiones del país. La obra realizada quedó documentada en las publicaciones del Museo, que comenzaron a imprimirse a partir de 1890. Así entre 1893 y 1895 el personal del Museo, recorrió, en las palabras de Moreno, "desde las heladas regiones de la Puna... hasta el Dpto. de san Rafael en la provincia de Mendoza, estudiando la geografía, la mineralogía y la geología... en las altas cumbres y en los vastos llanos y relevando por primera vez la fisonomía exacta de la orografía andina, hasta entonces desconocida", siendo de lamentar que esos estudios no se hubieran realizado antes "para haber evitado no pocos trastornos en el trazado de las fronteras internacionales".
A partir de 1896 Moreno se desempeñó simultáneamente como perito argentino en las cuestiones limítrofes con Chile, cargo que había rechazado en 1888 por considerar que no tenía méritos suficientes como para actuar al mismo nivel que Diego Barros Arena, perito por Chile.
Desde ese momento, Moreno orientó las actividades del Museo hacia la defensa de los intereses argentinos.
Hasta entonces los problemas fronterizos de la Argentina no encontraban soluciones adecuadas. El último arbitraje frente a Brasil había sido francamente desfavorable. Terminado este conflicto, surgía el de Chile, que no sólo reclamaba parte de la Patagonia, sino también por la demarcación fronteriza de Catamarca y la Punta de Atacama. En lo único que parecían ponerse de acuerdo chilenos y argentinos era la reafirmación de la soberanía argentina sobre el Atlántico y de Chile sobre el Pacífico. "A partir de ese acuerdo podemos negociar", decía Moreno. Se trataba de trazar una línea divisoria en las altas cumbres, observando el curso de los ríos hacia el Atlántio y el Pacífico. Pero había que discutir sobre el terreno, no en especulaciones teóricas.
Las funciones de Perito Argentino en la cuestión limítrofe con Chile llevaron a Moreno, durante las postrimerías del siglo XIX, a efectuar numerosos viajes a Santiago de chile. En 1897 a lomo de mula, Moreno, su esposa y sus cuatro hijos acompañados por el Doctor Clemente Oneli, cruzan la cordillera de los Andes rumbo a Chile. El mismo año, muere en Chile su esposa, María Ana Varela, a los 29 años, víctima de la fiebre tifoidea. Es a ella a quien la Sociedad Chilena rinde con hidalguía sentido homenaje. Pero quedan en la mente de moreno las palabras pronunciadas por ella un mes antes de morir, cuando ya se encontraba gravemente enferma: "No abandones nuestra causa... sigue adelante y lucha hasta vencer. Con tu triunfo evitaremos la guerra."
Así entre 1897 y 1898 Moreno viaja repetidamente entre Argentina y Chile, sienta las base para el encuentro que los presidentes Roca y Errázuriz mantienen el 15 de febrero de 1899 en el Estrecho de Magallanes, y en pocos años reúne abundante información que significó el descubrimiento de numerosos lagos, varios ríos, canales, islas, cerros y cordones montañosos, que eran hasta ese entonces totalmente desconocidos.
La teoría de Moreno de que el límite con Chile debía ajustarse a la línea de las altas cumbres fue sustentada por un detallado estudio en el terreno a lo largo de toda la región limítrofe, estudio que no pudo ser igualado por los expertos chilenos.
Moreno recurrió a todos los medios imaginables para lograr su objetivo. Así contó con el testimonio de sus amigos los indios de Nahuel pan, y de los colonos galeses para retener la región de la Colonia 16 de octubre, y de un antiguo colaborador del Museo, Germán Koslowky, para que el valle de los Huemules, en las cabeceras del río Aisén quedase también en territorio argentino.
En 1898 recibe una nueva distinción. Es nombrado por la "Geological Society of London" como miembro honorario correspondiente, y la Academia Americana de Política y Ciencias Sociales de Filadelfia lo designa miembro extranjero.
En 1899 se trasladó a Londres, junto a sus hijos, como asesor geógrafo del representante argentino. Desde allí escribe al presidente Roca: "Necesitamos hacer conocer el país en todo sentido. No tenemos aún el puesto que nos corresponde como nación americana y es un deber nuestro tratar de conseguirlo. Una vez que nos conozcan, seremos mucho más apreciados."
El mismo año de su viaje a Londres la Sociedad Geográfica Comercial de París le otorga la medalla Creveaux.
En 1900 Moreno regresa a la Argentina. Sir Thomas Holdich, el arbitro inglés, viaja en el mismo barco que Moreno y sus hijos, excepto el mayor, Francisco, que con 15 años de edad decide quedarse en la capital británica estudiando pintura. Durante el viaje, Moreno conversó largamente con el arbitro inglés y trató de conocer su opinión acerca del conflicto. Muy diplomático, Mister Holdich eludió una respuesta. Sin embargo en una ocasión, mientras ambos miraban el mar, acodados en la borda, Sir Thomas dijo "que todo cuanto gane el pie argentino al oeste de la división continental se deberá enteramente a usted".
En 1901 acompaña al Comisionado del Tribunal Arbitral, coronel Sir Thomas Holdich, en el reconocimiento que se realiza desde el Lago Lácar hasta el seno de la Ultima Esperanza.
En abril de 1902 se dirigió a Esquel con el objetivo de convencer a los galeses de la zona que permanecieran fieles al país que les dio abrigo. Exactamente el 30 de abril de aquel año, Francisco Pascasio logró que los galeses de la zona se pronunciaran a favor de nuestro país, manifestándose conformes con estar "bajo la bandera argentina". La preocupación central de Moreno en aquel tiempo era poder terminar con éxito las gestiones para solucionar el conflicto limítrofe con Chile. Durante todo el mes de abril no hizo otra cosa que dedicarse a ese asunto. En mayo regresó a Londres junto al arbitro inglés.
En 1903 sufre una terrible pérdida. El 26 de enero muere su hijo Florencio de tan solo 9 años. Utilizó el trabajo como método de ocupación y en unos meses recuperó su entusiasmo."
Ese mismo año el Congreso Nacional premia la labor de Moreno como perito y los trabajos que durante muchos años ha prestado gratuitamente a la Nación, otorgándole tierras en el territorio del Neuquén o al sur del río Negro.
Moreno ubica esas tierras en el extremo oeste del lago Nahuel Huapi y las dona a su vez a la Nación con el fin de que sean conservadas como parque natural. De esta manera el 6 de noviembre de 1903 la Argentina se convirtió en el tercer país del mundo, después de Estados Unidos y Canadá, en poseer un Parque Nacional.
Pero no contento con ello Moreno escribe al ministro chileno Vergara pidiéndole que su gobierno haga una reserva similar en las tierras chilenas ubicadas al oeste del Nahuel Huapi. Esta actitud de Moreno pone de relieve uno de sus aspectos menos conocidos: sus atributos de educador, de civilizador, y su amor a la humanidad.
En 1906, luego de retirado del Museo de la Plata, Francisco Pascasio se instaló con sus hijos en la Quinta de Parque Patricios. Abrió las puertas de la quinta Moreno para que los chicos de la "quema" puedan comer de los frutales allí existentes. Y luego, viendo la desnutrición que los aqueja, a habilitar una gran cocina en la que se llegan a servir 200 comidas diarias. Después agrega una aula, y así nacen las las "escuelas Patrias" que finalmente pone bajo el amparo del Patronato de la infancia y propulsa desde su cargo de vicepresidente del Consejo Nacional de Educación.
En 1910 Moreno es propuesto como candidato y elegido diputado nacional, por sus convecinos de la parroquia o distrito de San Cristóbal. Como diputado nacional Moreno presidió la Comisión de Territorios nacionales, y en ese carácter recorrió el Chaco y Formosa. Propuso la creación del Servicio Científico Nacional y de los Parques y Jardines Nacionales y apoyó el establecimiento de ferrocarriles en la Patagonia.
Moreno renunció a su banca de representante del pueblo para aceptar su designación como vocal del Consejo Nacional de Educación, por considerar que éticamente no podía desempeñar ambos cargos simultáneamente, y por preferir "continuar dedicando el tiempo que me resta de vida a contribuir a hacer de los niños de hoy... ciudadanos que sirvan eficientemente... a la Nación Argentina, siendo innegable que la fuerza y la grandeza de su mañana dependen de la escuela de hoy."
Su acción en pro de la educación no solamente se limitó a las Escuelas Patrias. Creó además las guarderías infantiles en los barrios obreros, modificó los planes de estudios de las escuelas nocturnas para adultos dándoles una orientación vocacional y técnica, y creó, en fin, el escalafón para los maestros.
Su último viaje a la Patagonia lo realiza en 1912, siete años antes de su muerte, cuando acompaña a Teodoro Roosevelt, por pedido especial de éste, a la región de Nahuel Huapi.
Francisco Pascasio Moreno murió en la madrugada del 22 de noviembre de 1919. En el país su muerte pasa inadvertida. Pero en el exterior numerosos países e instituciones le rinden homenaje, pues Moreno es un verdadero exponente de las mejores virtudes de la raza, al margen de su condición de argentino.
En 1944 sus restos fueron traslados a Bariloche, cubiertos con la bandera argentina y los ponchos de Sayhueque, Catriel y Pincén, y depositados en la isla Centinela, convirtiendo el imponente escenario de sus mayores glorias en digno monumento a su grandeza. Nada le hubiera satisfecho más que descansar en las tierras por las que luchara sin desmayo en vida y sin esperar ningún beneficio personal.
Moreno fue un autodidacta, humanista, civilizador, explorador, geógrafo, antropólogo, etnógrafo, paleontólogo, historiador, sociólogo, diplomático, legislador, educador y escritor y poeta de la naturaleza, y por encima de todo un ser humano que luchó hasta el final de su vida por los ideales de su juventud.
Moreno ha sido considerado héroe civil de nuestro país. Esto es especialmente destacable en una Nación donde la mayor parte de los hombres ilustres de la historia han sido militares o han actuado como tales, y donde los civiles más nombrados han participado en mayor o menor medida de las luchas políticas de su tiempo, luchas que en muchos casos se han proyectado hasta la actualidad.
La vida de Francisco Pascasio Moreno fue una lucha continua. En las tolderías, en los parlamentos indios, en las expediciones por tierra y mar, en el cautiverio, Moreno mostró su coraje y su enorme comprensión por la condición humana. Fue él, el explorador, el pionero, el científico que se arriesgó a borrar los límites entre civilización y barbarie.
Fragmento del artículo publicado originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2008). Francisco Pascasio Moreno. Explorador. Científico y Pionero en la Patagonia. Año 6 numero 31: 20 - 25.
Mas info en http://www.museodemiramar.com.ar/
Suscribirse a:
Entradas (Atom)