Aspecto del carpincho del Pleistoceno de Miramar, unos 100 mil años atrás, similar a los actuales, cuya icnoespecie fue identificada como Porcellusignum conculcator.
Daniel Boh del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, realizando tareas de campo para recuperar huellas.
Mariano Magnussen del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, exhumando el conjunto de huellas fósiles.
Cristian Oliva del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico, y Mariano Magnussen del Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar.
Cristian Favier Dubois del área de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del Centro.
Se resalta las huellas fósiles de Porcellusignum conculcator (icnoespcie del carpincho prehistórico), entremezcladas con las de un ave de gran tamaño.
Un grupo de investigadores identifico las huellas
prehistóricas encontradas tiempo atrás en Miramar. Eran de un gran roedor
emparentado con los carpinchos y tendrían entre 100 y 50 mil años.
Recientemente, un equipo de investigadores dio a
conocer la identidad de la especie que dejo sus huellas junto a otras criaturas
prehistóricas en la localidad bonaerense de Miramar, una de las localidades con
mayor trascendencia en materia paleontológica a nivel mundial.
Las huellas fósiles de roedores en América del Sur son
escasamente conocidas por los paleontólogos, ya que para su preservación deben
darse ciertas características ambientales, como así también su posterior visualización
en los yacimientos paleontológicos
Un grupo de investigadores compuesto por Cristian
Oliva del Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico con sede
en la ciudad de La Plata, Cristian
Favier Dubois del área de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del
Cuaternario Pampeano, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional del
Centro de la Provincia de Buenos Aires en Olavarria y por sus descubridores,
Daniel Boh y Mariano Magnussen del Museo
Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar, dieron a conocer los
estudios preliminares sobre unas antiguas
huellas fosilizadas, que pertenecieron a un roedor de gran tamaño
emparentado con el actual carpincho, el roedor viviente más grande del planeta,
(Hydrochoerus hydrochaeris),
que pueden crecer hasta 1,30 metros de largo y pesar 65 kilos, aunque en el
pasado, existieron formas más voluminosas.
La presentación ante la comunidad científica de los
nuevos materiales fue realizada durante las VI Jornadas Arqueológicas y VII Jornadas Paleontológicas
Regionales, que se llevaron a cabo en la ciudad de Miramar en el mes de abril
de este año. La misma reunió a destacados investigadores de nuestro país.
“Los restos de carpinchos fósiles ya han sido
encontrados en esta zona en estratos de más de tres millones de años,
principalmente mandíbulas y cráneos, que se conservan en el Museo Municipal
Punta Hermengo de Miramar”, argumento Daniel Boh, titular de la institución.
Por su parte, Mariano Magnussen del museo local
comento, “las huellas de este roedor no estaban solas, ya que pertenecen al
yacimiento paleontológico Punta Hermengo, mundialmente conocido por los
investigadores, donde además se recuperaron las primeras huellas fósiles
atribuibles a un gran tigre dientes de sable, también de Macrauchenia, un
animal similar a un camello con trompa y un ave de gran tamaño de la familia de
los ñandúes.
Las huellas del roedor recuperadas e identificadas,
pertenecen a la icnoespecie Porcellusignum conculcator, del cual solo se conocen
un puñado de hallazgos en América. Este material contribuye notablemente al
entendimiento de estas raras huellas, aportando información sobre su forma de
vida, ecología del pasado, etc.
Este yacimiento, ubicado en cercanías de la zona
urbana y en pleno sector turístico de la ciudad de Miramar, a orillas del mar,
fue en tiempos prehistóricos muy diferente. El mar estaba varios kilómetros
hacia el sudeste, y este sector era una planicie de inundación, alimentada por
un arroyo desaparecido hace miles de años. Animales de diversas especies se acercaban
a las orillas fangosas, donde dejaron sus huellas, que, debido a que fueron
cubiertas rápidamente, han logrado preservarse hasta nuestros días.
Además, el equipo del Museo Municipal Punta Hermengo
de la ciudad, viene trabajando exitosamente en el hallazgo y recuperación del
material paleontológico que aparece permanentemente. En el mismo yacimiento donde se encontraron
las huellas de este “carpincho o capibara prehistórico”, se han recuperado
restos óseos fosilizados de al menos 4 gigantescos perezosos extintos, del
genero Lestodon, que llegaban a tener
unos cuatro metros de largo, además de restos de Hippidion (caballos americanos), toxodontes (semejantes a
hipopótamos y rinocerontes), Macrauchenia
(parecido a un camello, pero con una larga trompa), Notiomastodon (elefantes sudamericanos), gliptodontes (enormes
armadillos), roedores, peces e insectos, todos de los últimos 100 mil a 50 mil años
antes del presente.
Cabe destacar que estos mariales paleontológicos se encuentran
protegidos por la ley nacional 25.743/03 y por la ordenanza municipal 248/88 como
parte del patrimonio paleontológico de la República Argentina y del Municipio
de General Alvarado.
Nuevas
instalaciones para el museo.
Debido a la gran cantidad de piezas recolectadas el
Museo Municipal Punta Hermengo no puede exponer y conservar su creciente
colección, la Municipalidad de General Alvarado junto a la Fundación Azara
vienen ultimando los detalles de un nuevo y moderno edificio para el área de
ciencias naturales, el cual revalorará el nivel científico, cultural, educativo
de la institución y será un nuevo atractivo turístico para la ciudad.