13 de enero de 2019

Esqueleto de Tortuga Verde se incorpora a la muestra de Biología Marina del Museo de Miramar.




En el primer día hábil de Enero, se puso en exhibición un ejemplar  de Tortuga Verde (Chelonia mydas) donada, cuyo ejemplar estaba preservado y congelado paras estudios académicos por la Dra. Victoria Gonzalez Carman del INIDEP de Mar del Plata, quien tuvo la amabilidad de cederlo al Museo, para los trabajos de disección y limpieza para estudio, colección y exhibición de estos restos en el Museo Municipal de Ciencias Naturales Punta Hermengo de Miramar.
El trabajo fue realizado por Mariano Magnussen Saffer, de la institución local con detalles artísticos en la exhibición de Daniel Boh. La misma fue exhibida junto al esqueleto de la Tortuga Laúd (Dermochelys coriacea) hallada muerta en 1996 en la localidad de Centinela del Mar.
La tortuga verde posee un caparazón oval, con 4 pares de escudos laterales y puede destacarse la presencia de una sola en cada aleta, el largo del caparazón  es hasta 120cm. y su peso de hasta 230 Kg. Su caparazón es café verdoso y puede llegar a ser negro.
Mientras que el plastron es ligeramente amarillo o blanco cremoso. Entre las especies de tortugas marinas de caparazón duro la verde es la más grande. Se alimentan principalmente de vegetales marinos como algas y plantas marinas
Esta especie puede encontrarse en aguas entre los 35 grados de latitud y los 35 grados de longitud. Las playas en donde desova la mayoría de las tortugas verdes en al caribe.
Su distribución geográfica es desde el Golfo de México hasta Brasil. En los últimos años, se han encontrado ejemplares muertos en playas bonaerenses, hasta Bahía Blanca. También se han recuperado ejemplares vivos atrapados en las redes de barcos, sobre todo en meses de periodo estival.

Los Notoungulados fósiles en el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.


Los ungulados sudamericanos proporcionan un caso de evolución en aislamiento geográfico tan notable como el de los marsupiales en Australia. Tras el aislamiento de Sudamérica en el Eoceno, los notoungulados desarrollaron en poco tiempo una fauna muy rica, entre la que se incluían animales de gran tamaño aunque la mayoría eran pequeños.
Darwin fue el primero en recoger restos de estos animales que más tarde serían descritos por Owen; Darwin explica que estos fósiles fueron uno de los primeros estímulos en favor de su teoría de la evolución.
Los notoungulados desaparecieron de Sudamérica en el Pleistoceno, después que Sudamérica y Norteamérica se unieran de nuevo, ante la competencia con herbívoros y carnívoros más avanzados.
En el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar se destaca un enorme cráneo y otros restos de Toxodon platensis, recuperado hace poco tiempo de un paleopantano en las inmediaciones de la localidad de Mar del Sud. El aspecto en vida de este animal era muy similar al de un hipopótamo, y pesaría más de una tonelada. Otro Notoungulato muy popular se encuentra representado por varios restos mandibulares bien preservados, acompañada por una copia de un cráneo con mandíbula de Macrauchenia patachonica, con un cuerpo muy parecido al de un camello y una larga trompa.
También se encuentra un pequeño esqueleto y cráneo con mandíbula pertenecientes a Paedotherium typicum del tamaño de un conejo y un cráneo de Mesotherium cristatum, estos últimos corresponden al Plioceno, es decir, más de 3 millones de años antes del presente.

Prestigioso paleontólogo visito el Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar.

Días atrás, el personal del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar, recibió la visita del prestigioso paleontólogo Leopoldo Soibelzon, el mayor especialista en úrsidos fósiles del mundo.
El investigador realizo una visita informal al museo local, motivado por los interesantes comentarios en el ámbito científico hacia la actividad que realiza el personal del Museo Municipal Punta Hermengo y por la amplia presencia mediática en medios científicos y de comunicación en el ámbito nacional e internacional.
Junto a Mariano Magnussen Saffer, de la institución miramarense, se realizó una mirada a la colección de carnívoros fósiles recuperados en el último tiempo, para generar en los próximos meses una serie de estudios a piezas de gran valor para la comunidad científica.
Soibelzon, de la División de Paleontología de Vertebrados del Museo de la Plata y Conicet, se interesó especialmente en el esqueleto de Cyonasua lunaria, un depredador extinto que fue recuperado hace dos años, siendo este uno de los más completos que se conocen en el mundo. También se vio sorprendido por las huellas de Felipeda miramarensis, el tigre dientes de sable único en el mundo.
Además, el investigador platense, que no visitaba nuestra institución desde hace varios años destaco la exhibición del área de ciencias naturales y los profundos cambios que obtuvo, como así también, el incremento de la colección de fósiles y la calidad científica del mismo.
Daniel Boh, del museo local, junto al personal y la asociación de amigos del museo, siguen trabajando junto a la Municipalidad de General Alvarado y la Fundación Azara para mejorar la institución que tanto prestigio le genera a la ciudad, visitada por miles de visitantes que pasan anualmente por el museo.